Aunque los protagonistas de la historia creada por Martin Waddell y Barbara Firth son osos, perfectamente podrían ser personas, pues se muestra una relación padre-hijo conmovedora. El osito no puede dormir porque tiene mucho miedo a la oscuridad de la cueva en la que se refugian. Papá oso intenta tranquilizarlo trayendo cada vez candiles y luces que aportan más iluminación, pero el osito sigue teniendo miedo. El padre se desvela por hacer a su hijo sentirse protegido y no desespera en ningún momento. Cuando parece que no hay solución, ambos deciden salir juntos de la cueva, y el padre le dice que para iluminarle le ha traído la luna, hermosa en ese momento. Además de la relación entre un padre y su hijo, uno de los temas más interesantes tratados en “¿No duermes, osito?” es cómo los niños confían ciegamente en los adultos, especialmente en sus padres, y la importancia durante la infancia de sentirse correspondido y protegido en este sentido. Por tanto, también tiene un mensaje moral para los padres.