En este libro, Oliver Jeffers repite protagonista y vuelve a emplear al mismo chico que en “Cómo atrapar una estrella”. Esta historia describe la soledad infantil y la importancia de sentirse querido por alguien. En ella, el niño protagonista recibe en su portal un pingüino con aspecto taciturno. El chico decide encargarse de devolver al pingüino a su lugar de origen, y para ella contará con la inestimable ayuda de un pájaro y de su pato de juguete. Cuando descubre que viene del Polo Sur, el chico se dirige allí empleando un bote. Nada más lejos de la realidad, el pingüino sigue tristón cuando el niño lo deja en su hogar. Aunque el niño vuelve a su casa, se percata enseguida de que el pingüino se sentía un ser solitario y que eso era lo que le compungía. Ambos remarán uno en búsqueda del otro sin avistarse, lo cual creará un clima de tensión hasta que, finalmente, se encuentren. Entonces se convierten en amigos inseparables. En “Objetos perdidos”, Oliver Jeffers vuelve a sentar cátedra como uno de los mejores autores infantiles de la actualidad.