“Los árboles son hermosos” fue la obra ganadora de la Medalla Caldecott en 1957. El esfuerzo conjunto de Janice May Udry y Marc Simont valió la pena para crear un libro con un lenguaje sencillo pero con tremenda fuerza poética, a la vez que unas deliciosas ilustraciones llenas de expresividad. Los protagonistas del relato son árboles, y con ello se puede esclarecer cómo la autora pretende transmitir el amor por la naturaleza. Considerado un libro infantil ecologista, en él se le transmiten al niño nociones del abanico de ideas de por qué un árbol es tan importante. Un árbol es esencial para la vida del resto de seres, algunos incluso nos dan de comer, pero es que también sirve para divertirse con ellos o como compañeros de relax. La autora también mostró algunas ideas desternillantes respecto a los árboles, por lo que el libro no pierde fuerza en el sentido humorístico. Udry fue fiel a su máxima de que “un buen libro infantil no debe aburrir a un adulto” con esta magnífica pieza.