“El verdadero ladrón” hace gala de la habilidad de su autor, William Steig, para tratar reflexiones profundas de forma que los niños lo puedan entender y a través de animales. En este caso se habla de la avaricia y de la asunción de la culpa, y cómo nuestras acciones pueden afectar negativamente a otros. El protagonista es Gawain, un ganso que es guardián del tesoro del rey Basil, el cual es un oso. Gawain se percata un día que las piedras preciosas de Basil han disminuido en número, y da la voz de alarma. La solución fácil es acusar a Gawain, pese a que es por todos querido y su reputación está intacta. Aquí Steig nos ofrece una crítica de las miserias humanas, y cómo muchas veces los que son tratados con injusticia atraviesan momentos de soledad y depresión. El verdadero ladrón, que no es Gawain, se debatirá entre confesar y asumir las consecuencias, o callar y hacer recaer sobre su conciencia el castigo a Gawain. Más de un niño reflexionará con este relato y le hará pensar en las consecuencias de las acciones antes de realizarlas.