László Réber (1920-2001) fue un dibujante húngaro famoso por sus múltiples colaboraciones con dos de los autores infantiles más influyentes de su país, Éva Janikovszky y Ervin Lázár. Su estilo es sencillo y cargado de humor, siendo la originalidad una de sus principales características. Réber fue prisionero en un campo de concentración en la URSS tras la Segunda Guerra Mundial, y allí es donde se enseñó a dibujar. Antes de ella había sido famoso como lanzador de jabalina. Sus primeros trabajos como caricaturista fueron para la revista Matyi Ludas y para dibujos animados. Ha sido ampliamente galardonado en su país y también ha recibido algún que otro reconocimiento internacional, prueba de su influencia más allá de sus fronteras y de su trazo inconfundible.