Otra novela que es un buen paradigma del género de internados es “Los desaparecidos de Saint-Agil”. Este libro, publicado en 1935, cuenta las peripecias de tres amigos en el colegio francés de Saint-Agil. La historia está ambientada antes de la Primera Guerra Mundial, y los protagonistas se conocen entre sí por sus números de registro. Sus verdaderos nombres son Philippe, André y Mathieu. A los tres compañeros les gusta reunirse por las noches en el armario del aulario de ciencias, donde escriben sus hazañas en un cuaderno al tiempo que esquivan a los vigilantes del internado. Crean una organización secreta de la cual son miembros llamada Chiche Capon, y empiezan a conspirar para escaparse y lograr su sueño de llegar a Estados Unidos. Cuando empiezan a desaparecer misteriosamente uno a uno, hechos alternados con sucesos entre el profesorado, los niños restantes sospechan de que han conseguido sueño. Nada más lejos de la realidad, pues en los sótanos de Saint-Agil había montada una red de fabricación de dinero falso, y en torno a dicha red se situaba todo el aura de misterio. Se trata de una historia atractiva a la vez que intrigante.