La archiconocida Ana Maria Machado, posiblemente la autora infantil más célebre de Brasil, irrumpió por enésima vez entre los niños lectores con este cuento de tintes medievales que versa sobre la búsqueda de la felicidad en la infancia. El protagonista es el pequeño príncipe Ricardo, quien no alcanza la plena felicidad porque no tiene un caballo. Posee juguetes y casi todo lo que pueda desear, excepto un compañero equino. De esta forma, el título del cuento sirve como lema del príncipe, quien tras clamar “Mi reino por un caballo” recibe visitas de caballos de todo tipo, reales y de juguete. Como niño que es, empieza a cumplir su sueño con uno de juguete, ayudando a los desfavorecidos, viviendo aventuras y salvando a los que están en peligro. Sus buenas intenciones acaban calando en su padre, el rey, el cual aprecia todo lo que Ricardo ha hecho y le regala un caballo de verdad. Machado nos habla esta vez sobre la compleja psicología infantil de cara a ser felices, pues unas veces cuesta mucho y otras se consigue con poco.
Esta especie de fábula moderna se desmarca de otras por su texto en verso y por estar escrita por una de las autoras brasileñas más queridas y celebradas internacionalmente. Ana Maria Machado creó “El perro del cerro y la rana de la sabana” para reverenciar a la amistad y la convivencia armónica en feliz. Todo ello a través de unos animales, potenciando así el estilo ingenioso y divertido que caracteriza a la escritora. Los protagonistas, que dan título a la obra, discuten por ver quién es más valiente. Haciendo una especie de campaña política, el perro y la rana intentan demostrar al resto de animales su bravura y ganarse una opinión favorable y mayoritaria. Todo esto acaba desencadenando la furia del león, y entonces los protagonistas se percatarán que deben superar sus diferencias para colaborar y vencer al léon. El humor está presente en todo momento, como la bien marcada moraleja. Las ilustraciones, de Irene Savino, acentúan más si cabe la calidad de este genial cuento.
Esta novela para adolescentes muestra el genio de Ana María Matute en todo su esplendor. El protagonista es Jujú, un niño de once años educado bajo tres mentalidades diferentes. Y es que Jujú está a cargo de sus tres tías adoptivas. Una se esfuerza en que Jujú sea sensible y se comporte educadamente. Otra quiere que su sobrino no sea perezoso y se entregue al trabajo. Por último, su tercera tía desea que se convierta en un hombre culto y de bien. El conflicto de puntos de vista provoca que Jujú se evada yéndose al desván, donde imagina que está a bordo del Ulises surcando los mares. Todo transcurre con normalidad hasta que una vez encuentra a un fugitivo en el desván y ambos se escaparán huyendo de la rutina. Jujú experimentará entonces una montaña rusa de acontecimientos y sensaciones, que le llevarán a madurar de forma obligatoria. Un cuento imprescindible de la literatura española de posguerra.
“Las tres mellizas” es uno de los productos españoles más exitosos en cuanto a literatura infantil se refiere. Sus historias han sido traducidas a una treintena de idiomas, y la posterior adaptación televisiva permitió el boom definitivo de estas ilustres hermanas al llegar a más de 150 países. Su creadora, la catalana Roser Capdevila, se inspiró en sus propias hijas mellizas para crear a Ana, Teresa y Elena. Para quien no las conozca, las tres mellizas rompen todo tipo de moldes con sus travesuras y sus formas de cuestionarse la realidad. A pesar de su edad, muestran una perspicacia e inteligencia fuera de lo normal, y además saben cuidarse por sí solas. Sus historias comienzan desde que son recién nacidas, hasta varios títulos más con actividades cotidianas que se convierten en aventuras. Más adelante, Capdevila lanzaría una colección de “crossovers” donde las tres mellizas comparten escenario con cuentos infantiles famosos de siempre. A menudo, la trama y el final cambian, así como los valores originales de las historias. El personaje de la Bruja Aburrida también tardó en introducirse, aunque actualmente es uno de los favoritos del público infantil. Todo un clásico de la literatura infantil catalana.
Dentro de la literatura infantojuvenil de finales del siglo XIX y principios del siglo XX hubo un boom de historias con protagonista femenino. Dentro de éstas se encuentra “Ana, la de Tejas Verdes”, de Lucy Maud Montgomery. Ana Shirley llega a una granja gestionada por un hermano y hermana que ya son mayores, y los cuales buscan a un huérfano para que trabaje en ella. Ana no es lo que esperaban, aun así el hermano enseguida le coge cariño y consigue que permanezca convenciendo a su hermana. Pronto les quedará demostrado lo bueno de su elección, ya que Ana se gana la confianza de ambos e incluso se hace un nombre en toda la aldea. El final deja un cierto sabor amargo por la muerte del hermano, y porque Ana renuncia a su vida académica por quedarse en la granja. Se trata de un personaje que muestra el coraje y la vitalidad de las chicas en una época nada fácil para el género femenino. Respecto a otras historias similares, cabe destacar los toques oscuros de la misma que enganchan más si cabe a ella.