El crudo relato que se nos presenta en “Un halcón para un bribón” es la triste realidad que se prevalece en muchos sitios y que muchos niños deben aguantar. Billy es un niño pobre y además carece de amistades verdaderas. No sólo ha tenido mala suerte con su familia, sino que además en su escuela es un incomprendido. Algunos han vertido abusos contra él y las supuestas autoridades que deben defenderlo no lo hacen. Por suerte, Billy encuentra dos vías de salida que a su vez supondrán un resquicio de esperanza. Por un lado, acoge a un halcón nada más salir del cascarón y entabla una amistad con él. Por otro, uno de sus profesores, el señor Farthing, lo ayuda a coger confianza en sí mismo y a que sea algo en la vida. Billy bautiza al halcón con el nombre de Kes, y con él el protagonista aprenderá el arte de la cetrería. Las expectativas de Billy de salir de su aldea y convertirse en alguien mejor no terminar de cuajar, lo cual aporta más realismo a esta fabulosa novela de Barry Hines. Aun así, siempre queda algo de esperanza para el futuro de Billy.