“El castillo soñado” es una novela con protagonista femenino carismático. Aunque no sea la historia más famosa de Dodie Smith, famosa por “101 dálmatas”, sí que es un bonito relato para jóvenes. El cuento se centra en Casandra Mortmain y en sus ambiciones por convertirse en escritora, intentando así corregir los pasos de su padre, un fallido escritor. El escenario es Bohemia, en los años 30’, y un castillo medio en ruinas. Este castillo resulta precioso para los que lo visitan pero un tanto aburrido para los que lo habitan. Casandra escribe compulsivamente en su diario para capturar la esencia del castillo, y su carácter se enfrenta a las pretensiones artísticas y la personalidad arrogante de los nobles. Pero la fortaleza de Casandra se ve atacada cuando se enamora de un hombre que a su vez se enamora de su hermana. No obstante, la historia recupera la esperanza para Casandra revitalizando la carrera artística de ésta, y mostrando la fuerte personalidad de la protagonista para hacer frente a cualquier tipo de vicisitudes.
“Los chicos de la cueva” es una novela ambientada en el siglo XVII, pese a haber sido escrita dos siglos más tarde. El relato se centra en Eva y Peter, dos huérfanos que viven con la abuela y el hermano de Eva al acabar la Guerra de los Treinta Años. La tranquilidad en sus vidas se ve interrumpida cuando la abuela es perseguida por brujería. En la huida, el hermano y la abuela de Eva acaban perdiendo la vida. Es entonces cuando Peter y Eva quedan atrapados en un valle del que no pueden salir. En un entorno absolutamente natural deben aprender a sobrevivir, como lo hicieron nuestros antepasados hace miles de años. La historia de Eva y Peter se alarga en una trilogía de libros en las que el autor, Alois Sonnleitner, utiliza las vicisitudes de los huérfanos para contar la evolución de la humanidad en las Edades Antiguas. Por lo tanto, además de entretenido por sus aventuras, el contenido de “Los chicos de la cueva” es didáctico.