El inglés James Watson efectúa en “Palabras a media voz” una denuncia velada del Chile de Pinochet en particular, y de cualquier país donde exista represión en general. Todo lo hace a través de Andrés, un chico cuyo padre es llevado a la fuerza por los militares chilenos. La vida de Andrés pasa de la aparente normalidad a la pesadilla, llegando al clímax cuando es enviado a una casa de torturas. Andrés lo pasa realmente mal, pero su espíritu por alcanzar la justicia es infatigable. Watson escribió una oda a los Derechos Humanos, Civiles y Sociales. La calidad de la obra incrementa notablemente con el marco de una ficción histórica, y con el estilo del autor que destila elementos de guion, periodismo y locutor de radio. En definitiva, ésta es una obra que cualquier adolescente inquieto por la búsqueda de la justicia debe visitar tarde o temprano.
La edición original de “¿Quién ha visto las tijeras?” carecía de texto. El autor original, Fernando Krahn, se bastó de su capacidad imaginativa e ilustrativa para dar lugar a un libro absolutamente genial. En primer lugar, por su punto de partida: las protagonistas son un objeto, unas tijeras. Ellas pertenecen a un sastre, Don Hipólito, y se cansan de cortar vestidos día tras día. Así, se escapan y empiezan a conocer lugares nuevas. No obstante, su felicidad se traduce en tajos al aire que a veces resultan desastrosos: le corta el pelo a un peatón, parte una nube, sesga las flores que un chico le regala a su chica… En una edición posterior María Luz Uribe dotó de texto a este cuento ya de por sí maravilloso, con un tono también muy humorístico. Se trata de un libro que desprende buenas sensaciones y positivismo, y en el fondo refleja valores de libertad y diversidad. Fue multipremiado por ello.