Las historias de jóvenes en los ambientes rurales de Estados Unidos pueblan las listas de libros infantiles y juveniles. Muchas de ellas fueron escritas a lo largo del siglo XX. Otro buen ejemplo es “Mi amiga Flicka”, de Mary O’Hara. La acción se sitúa en un rancho de Wyoming, y el protagonista es Ken, un niño negado en los estudios y presionado por sus padres. Ken insiste a su padre en que le consiga un caballo, y éste accede a regañadientes después de discutir con su esposa. Dicho caballo es la yegua Flicka, que es bastante salvaje y además enfermiza. Pero las imperfecciones de Ken y Flicka servirán para que ambos seres se complementen y se conviertan en amigos inseparables. La narración de los problemas económicos, las discusiones en el matrimonio, la vida en un rancho y la transición a la madurez hacen de esta historia algo más que una novela adolescente. Su profundidad y la descripción de un entorno tan característico convirtieron a esta trilogía en el mayor éxito comercial de O’Hara.