“La señora Doubtfire” probablemente forma parte del imaginario popular por su adaptación cinematográfica, protagonizada por el eterno Robin Williams. Para quien no lo supiera, la historia está inspirada en una genial novela de Anne Fine. El argumento es el mismo: una familia destruida por un divorcio nada amistoso. Daniel, el padre, y Miranda, la madre, no consiguen ponerse de acuerdo, sobre todo por los despistes de él y la intransigencia de ella. Nominada al Guardian Children Fiction’s Prize, esta novela sabe emplear el humor para hablar de problemas de familia, dando un paso más allá. Daniel se disfrazará de señora y llegará a ser la criada de su propia casa. Sus tres hijos enseguida descubren el pastel, pero se callan para poder pasar más tiempo junto a su progenitor. La tensión se mantiene por el miedo del lector a que Daniel sea descubierto por Miranda, aunque el relato está cargado de momentos cómicos. La autora nos hace llegar honestamente una historia familiar sin dejar de lado los dramas más cotidianos y solicitando a los padres divorciados que se lleven lo mejor posible por el bien de sus hijos, los principales perjudicados por sus desacuerdos.
“El camino” es una de las novelas más leídas durante la adolescencia y juventud en España, ya que es recomendada en muchos entornos académicos. Miguel Delibes muestra su maestría en esta historia protagonizada por Daniel el Mochuelo, un chico que ha crecido en un entorno rural y que debe marcharse a la ciudad para estudiar. Sentimientos encontrados son los que pueblan el corazón de Daniel, ya que por un lado deja atrás una vida sencilla y feliz para embarcarse en una supuestamente mejor pero incierta. Esta temática es recurrente en la obra de Delibes, quien muestra el contraste entre la sociedad moderna y la tradicional, y el ámbito urbano y rural, y cómo esto afecta a las nuevas generaciones. De hecho, el título del libro ya resulta de por sí revelador, puesto que metafóricamente se refiere al transcurrir de la vida y el destino que gobierna nuestras acciones, y cómo esto afecta a nuestro comportamiento. Hemos de ser fieles a nosotros mismos y no separarnos nunca del camino.