Este libro trata uno de los temas más explotados durante la Inglaterra victoriana: la vida en una escuela. Asimismo, en el siglo XIX gozó de tremendo éxito, aunque últimamente ha perdido fama por sus connotaciones religiosas. La historia de Eric sirve como advertencia ante malos comportamientos. Este chico es enviado a un internado, y, aunque de carácter noble y puro, acaba pervirtiéndose por tratar de sorprender a sus compañeros. Se narran muchas situaciones divertidas como juegos, guerras de almohadas o escenas de bar. A pesar de algunos correctivos, Eric cada vez se comporta peor, y su vida cae en desgracia tras intentar enrolarse en un barco. Muere joven y sirve como señal de malo comportamiento para otros niños. Por tanto, estamos hablando de un libro de fuerte moralidad.