Jane Gardam quiso alejarse de la tendencia de muchas novelas que fueron publicadas en Reino Unido en los años 60 y 70 y que tratan temáticas complejas y angustiosas. Esta autora empleó la Segunda Guerra Mundial como marco temporal pero ofrece un escenario sencillo, un reducto de felicidad entre tanta inseguridad. La protagonista es Jessica Vye, una adolescente de trece años apasionada de la escritura y que vive en el norte de Inglaterra. En un pueblo de gente pobre y tradicional, Jessica sabe aferrarse con inteligencia a la rutina para disfrutar de la vida. Saborea lo aprendido en la escuela y la tranquilidad de su hogar. Incluso se permite el lujo de soñar con un futuro bonito y próspero, pese a que corren malos tiempos. Un toque de dramatismo lo aporta un prisionero de guerra italiano que intercambia confesiones con Jessica. Cualquier joven lector se querrá ver reflejado en Jessica y en sus valores de ilusión, sencillez y optimismo.