La obra maestra de Wolf Mankowitz es esta “El niño y el unicornio” (título original: “A kid for two farthings”). Esta novela tiene como escenario el East End de Londres, en plenos años 50. El protagonista es un niño de cinco años llamado Joe que no comprende la infelicidad de los adultos. A cada mayor que observa percibe poca alegría a su alrededor: el casero Kandinsky, el asistente Schmule, la madre de Joe… Un giro positivo para Joe se produce cuando en un mercadillo adquiere una cabra a la que llama Africana. La peculiaridad es que Africana sólo tiene un cuerno, confusión que el protagonista interpreta como que se trata de un unicornio. A partir de ello ambos se convierten en inseparables amigos, jugando a todo y Joe creyendo que su cabra es mágica y concede deseos. El drama se avecina con el inminente sacrificio de Africana. La profunidad adquirida en el relato es seña de identidad de Mankowitz, quien también fue guionista y dramaturgo, y convierten este cuento en una maravilla de la lectura.
Un autor siempre aporta credibilidad a su obra cuando lo que narra ha sido fruto, aunque sea parcialmente, de sus propias experiencias. Los sentimientos transmitidos adquieren profundidad y las cotas de realismo alcanzadas son superiores. Para escribir “Calles frías”, Robert Swindells se obligó a vivir y dormir en los ambientes urbanos de Londres. El resultado es una novela que, pese a publicarse en los 90, sigue generando controversia por los polémicos temas que trata. Vidas rotas, abusos, asesinatos, drogadicción… Todo ello tiene cabida en “Calles frías”, a través del protagonista Link, Ginger, Gail y un ex militar. Medalla Carnegie en 1993, esta novela es imposible que deje indiferente a nadie, y es una buena iniciación a los horrores mundanos para el público adolescente. También, vista de otro modo, es una historia de denuncia social y de crítica al desamparo que sufren aquellas personas que son tratadas como si no valiesen nada.
¿Quién no conoce a Peter Pan actualmente? Aunque este es el título original de uno de los libros que James Matthew Barrie creó de este célebre personaje, dentro se encuentra la historia más conocida del mismo, famosa por la adaptación de Disney. Peter Pan representa la alegría del ser niño, la lucha contra la madurez del espíritu. Todos recordamos a personajes como Wendy, Campanilla o el malvado Capitán Garfio. En este libro están recogidos todos ellos. La historia también es bien conocida por su optimismo y por las ganas de demostrarle al mundo que no se está nada mal siendo pequeño. De esta manera se pretende contrastar cómo las personas nos agobiamos ante el hecho de madurar, ante el paso del tiempo, ante la muerte. Y es que, ¿quién no querría vivir para siempre en el País de Nunca Jamás? Se trata de un relato imprescindible, en cualquiera de sus versiones. Como siempre, se recomienda acudir a la obra original, en este caso este maravilloso libro.
Aquí tenemos otro ejemplo del prodigio de Jules Verne como escritor y por qué se ha convertido en uno de los novelistas más famosos de todos los tiempos. “La vuelta al mundo en 80 días” es recordada entre el público infantil por su famosa adaptación a dibujos animados, aunque realmente ha sido. En el libro original, el rico inglés Phileas Fogg se apuesta 20000 libras a que completa un viaje alrededor de todo el planeta en 80 días. Su adversario, otro rico, cree que es imposible si no está minuciosamente planificado. Se embarca en multitud de aventuras con su criado francés, Picaporte. Además, intenta ser emboscado por su adversario, a la vez que perseguido por ser falsamente acusado de robo. En este espectacular clásico se suceden viajes en tren, globo, elefante, y a través de países de todos los continentes. El protagonista tiene tiempo hasta de enamorarse. Así se nos muestra como un hombre anclado en su rutina puede salir de ella, todo bajo la pluma de Jules Verne.
Este entrañable oso ha vendido más de 35 millones de ejemplares y su popularidad es imperecedera. En la historia, llega como polizón a la estación de Paddington de Londres, procedente de Perú. El señor y la señora Brown lo acogen y le dan el nombre del lugar donde se lo encuentran. A partir de ahí Paddington es como un niño más, metiéndose en líos los cuales parecen aventuras para él mismo, enfurruñándose cuando no está de acuerdo con algo y comiendo dulces caprichosamente. Su éxito ha dado lugar a mucho merchandising e incluso se erigió una estatua de bronce en la estación de tren de Londres que le da nombre.