En “Jugando a ser Beatie Bow”, Ruth Park funde la ficción histórica y la fantasía para ofrecer un relato costumbrista y de valores. Ganador del premio al Mejor Libro Infantil del Año en Australia en 1981, la novela nos enseña cómo podemos aprender de otras personas y de lo acontecido en otras épocas de la historia. Abigail Kirk tiene catorce años y vive en Sidney, y su carácter tranquilo se transforma después de que su padre abandonara a su familia. El relato da un giro cuando Abigail, persiguiendo a una chica extraña, se ve transportada a 1873, más de cien años atrás, donde es obligada a convivir con una familiad de inmigrantes sumidos en la pobreza. Las crudas condiciones, las costumbres de antaños y los valores que prevalecían cambian por completo la visión que Abigail tiene del mundo. A causa de ello, cuando regresa a su época, Abigail es más reflexiva y sabia. Lo que Ruth Park realiza en esta novela es emplear el viaje en el tiempo de una forma inusual, aquí para resaltar las virtudes de una vida sencilla y alejada del materialismo, en contraposición al crecimiento y las guerras del siglo XX.
“Zapatillas de ballet” cuenta la historia de una familia que, aunque heterogénea, puede permanecer unida y quererse como cualquier otra. Matthew Fossil, llamado cariñosamente Gum, debe hacerse cargo de tres niñas de orígenes diferentes. Por un lado, Posy es dejada en casa de Matthew en una cesta con unas zapatillas de ballet. Por otro, Petrova es de ascendencia rusa y Pauline ha logrado salir viva de un naufragio. La historia transcurre entre las clases de teatro y ballet de las tres hermanas, lo cual puede parecer tedioso. Sin embargo, el ritmo es llevado magistralmente por Noel Streatfield alternando las lecciones con la rutina familiar. La autora consigue mostrar el afecto que se pueden tener tres personas a priori no unidas. Las hermanas Fossil llegan a triunfar por separado y deben lidiar con el peso de la fama. Otros valores que “Zapatillas de ballet” discute son el talento, el esfuerzo, la incomprensión y el conformismo. Al fin y al cabo, el ballet es sólo una excusa para tratar temáticas de mayor significado que el hilo argumental del cuento.
“El dragón de mi padre” es el típico relato que los niños adoran y que es perfecto para contarlo justo antes de que éstos se vayan a dormir. El protagonista es Elmer Elevator, el cual se encuentra con una gata malherida a la que rescata y cuida. La gata es mágica, y le avisa a Elmer de la existencia de un dragón pequeño que cayó de una nube. El dragoncito no puede volar porque se hizo daño y hay gente que lo utiliza como transporte, abusando de él. Elmer decide entonces emprender una aventura hacia el lugar donde se encuentra el dragón, Isla Salvaje. El espíritu decidido del protagonista lo lleva lejos de su hogar a un sitio fantástico donde se ve obligado a usar su ingenio para sobrevivir. Al final se desvela que el narrador es el propio hijo de Elmer. Esta historia, escrita por Ruth S. Gannett e ilustrada por su madrastra, recibió el premio Newbery Honor Award y el A.L.A. Notable Book. Tuvo un par de secuelas, también exitosas. Aúna fantasía, aventuras y un espíritu alegre que fascina a los más pequeños. Por ello, las aventuras de Elmer deberían ser imprescindibles en cualquier infancia.