Los niños en ocasiones crean un mundo nacido de su imaginación para evadirse de los problemas. De hecho, la mayoría de veces no son siquiera conscientes de los susodichos problemas. En “La isla en la calle del Pájaro”, Uri Orlev nos ofrece su visión de la Segunda Guerra Mundial a través de la mirada de un niño judío que sobrevive escondido en el gueto de Varsovia. Alex está desconcertado, puesto que su madre ha desaparecido y su padre ha sido capturado por los alemanes. La única compañía de Alex es un pequeño ratón blanco al que llama Nieve. Alex es una suerte de aventurero moderno. Aunque no comprende la situación ni la magnitud de la guerra, se construye un refugio en la calle del Pájaro al que llama su “isla”. Alex inspeccionará atentamente el barrio y otras zonas de Varsovia, y ayudará cuanto pueda a los que lo necesiten. Siempre volviendo a su refugio a esperar a su familia. Orlev sabe transmitir a la perfección las sensaciones de la guerra, el suspense y desatar la adrenalina cuando es necesario. Una bonita novela que aboga por la inocencia en los peores momentos para la humanidad.