“Oro en polvo” da lecciones a los adolescentes, dueños de su futuro, y a los padres de los mismos. La autora inglesa Geraldine McCaughrean emplea a menudo en su obra este recurso, el de aleccionar a los adultos para que los jóvenes lectores no cometan los mismos errores que sus mayores. En este caso nos traslada a un pequeño poblado de Brasil, en el cual surge una repentina fiebre del oro a causa de que los niños protagonistas, Maro e Inez, cavasen un agujero cerca de la tienda de su padre. La fiebre desatada es una metáfora de la codicia del ser humano, y además de las peleas entre avariciosos la tranquilidad del pueblo se ve afectada. Premio Infantil Whitbread en 1994, esta genial novela también inculca valores positivos, como el del esfuerzo. Y es que el trabajo constante tarde o temprano da sus frutos, mientras que uno no puede pretender hacerse rico sin ningún motivo y de la noche a la mañana.