“Tras la primera víctima” es una novela de aventuras mezclada con el género de la intriga y lo detectivesco. En una excursión aparentemente tranquila a un campamento en autobús, un grupo terrorista se interpone y acaba secuestrándolo. La responsable del autobús es Kate, una chica de diecisiete años. Los terroristas demandan la liberación de presos compañeros y la disolución de una unidad antiterrorista, además de dinero, por supuesto, a cambio de todos los niños. La situación se torna complicada, y se dan momentos verdaderamente dramáticos. El relato presta especial atención a la relación entre Kate y uno de los secuestradores, Miro, la cual se estrecha aumentando la tensión por los deberes que cada uno tiene que cumplir. Robert Cormier humaniza a los secuestradores, dotando de realismo a la historia. Y es que, probablemente, “Tras la primera víctima” sea una de las pocas novelas para jóvenes que describan la psicología del delicuente y del terrorista.
El animador Mo Willems se reconvertiría como escritor con esta primera incursión en el campo de la literatura infantil. “¡No dejes que la paloma conduzca el autobús!” es un cuento tremendamente interactivo que además hará reflexionar al pequeño lector. El niño debe sentirse identificado con la paloma, pues Willems la describe como un ser caprichoso y persuasivo. El padre o adulto, por otro lado, debe cumplir el rol de conductor de autobús. El texto se dirige al lector de forma espontánea, como si entablara una conversación con él. La historia cuenta cómo el conductor de autobús debe dejar estacionado momentáneamente su vehículo y solicita al lector que cuide que no se lo roben y, sobre todo, que no deje que la paloma la conduzca. La paloma se convertirá como un niño, con súplicas, pataletas, histeria y negociación desesperada. Por supuesto, como sucede con un niño, esta rabieta será temporal, y pronto se le pasará. El conductor acaba dando las gracias al lector por haber cuidado del autobús. Se trata de un libro didáctico a la vez que curiosamente entretenido.