Jane Gardam quiso alejarse de la tendencia de muchas novelas que fueron publicadas en Reino Unido en los años 60 y 70 y que tratan temáticas complejas y angustiosas. Esta autora empleó la Segunda Guerra Mundial como marco temporal pero ofrece un escenario sencillo, un reducto de felicidad entre tanta inseguridad. La protagonista es Jessica Vye, una adolescente de trece años apasionada de la escritura y que vive en el norte de Inglaterra. En un pueblo de gente pobre y tradicional, Jessica sabe aferrarse con inteligencia a la rutina para disfrutar de la vida. Saborea lo aprendido en la escuela y la tranquilidad de su hogar. Incluso se permite el lujo de soñar con un futuro bonito y próspero, pese a que corren malos tiempos. Un toque de dramatismo lo aporta un prisionero de guerra italiano que intercambia confesiones con Jessica. Cualquier joven lector se querrá ver reflejado en Jessica y en sus valores de ilusión, sencillez y optimismo.
El polifacético Shel Silverstein se dedicó a la literatura infantil al tiempo que también componía canciones y se aventuraba en otro tipo de retos artísticos. Su eclecticismo queda de manifiesto en “Donde el camino se corta”. Silverstein no se dirigía a un público exclusivo en esta recopilación de poemas. Pueden entretener a niños, adolescentes y adultos. De la misma forma, las temáticas que se abordan también son variopintas. Existen versos surrealistas y otros muy serios; rimas humorísticas y otras terribles. Asimismo, cualquier cosa puede suceder leyendo estos poemas en voz alta. Te pueden transmitir cualquier sensación: romanticismo, sentido del ridículo, asco, felicidad… Y es que Silverstein quería que todos los que leían sus libros se quedaran con algo, se identificaran en alguna fase de la lectura. Y vaya si lo consigue. “Donde el camino se corta” es una antología imprescindible para todos los públicos.
“El camino” es una de las novelas más leídas durante la adolescencia y juventud en España, ya que es recomendada en muchos entornos académicos. Miguel Delibes muestra su maestría en esta historia protagonizada por Daniel el Mochuelo, un chico que ha crecido en un entorno rural y que debe marcharse a la ciudad para estudiar. Sentimientos encontrados son los que pueblan el corazón de Daniel, ya que por un lado deja atrás una vida sencilla y feliz para embarcarse en una supuestamente mejor pero incierta. Esta temática es recurrente en la obra de Delibes, quien muestra el contraste entre la sociedad moderna y la tradicional, y el ámbito urbano y rural, y cómo esto afecta a las nuevas generaciones. De hecho, el título del libro ya resulta de por sí revelador, puesto que metafóricamente se refiere al transcurrir de la vida y el destino que gobierna nuestras acciones, y cómo esto afecta a nuestro comportamiento. Hemos de ser fieles a nosotros mismos y no separarnos nunca del camino.