La Edad Media es fuente inagotable de novelas históricas. Las ambientadas en las Cruzadas resultan particularmente apasionantes por el conflicto religioso y la tensión entre la vida y la muerte. Karleen Bradford creó una trilogía histórica de esta época dirigida a un público joven. “Vendrán los lobos” es el primer libro de esta trilogía, y está protagonizado por una heroína medieval de nombre Ursula. Ursula ejemplifica a la mujer luchadora en un mundo dominado por la fe, la superstición y la violencia. Con tan sólo 16 años, ella se enfrenta a las acusaciones de brujería que algunos le profesan por emplear métodos científicos para luchar contra las enfermedades o ponerse a salvo. Ursula demostrará su carácter cuando decide acudir a las Cruzadas. La historia se sitúa a finales del siglo XI, y narra las persecuciones de los judíos en Renania. Como en otras ficciones históricas, hay cabida para el romance (Ursula y Bruno), y para el paso forzado a la madurez. Sin duda “Vendrán los lobos” despertará el espíritu por la aventura histórica a más de uno.
“Julie y los lobos” explora la dificultad que tiene la gente que vive en ambientes naturales para adaptarse a la realidad social en general, y a la vida urbana en particular. La protagonista, Julie, tiene trece años y se ha quedado sin madre. Además, su padre desaparece tras acudir a una cacería. Julie es esquimal y se siente sola, y necesita a su única amiga, Amy. El problema es que Amy vive en San Francisco, muy lejos del frío Ártico donde Julie reside. Aun así, Julie sabe que es una cuestión de todo o nada, y decide enrolarse en un buque hacia California. Julie se pierde y debe sobrevivir en plena tundra, haciéndose amiga de una manada de lobos y usando los conocimientos que aprendió de su padre. Nuestra heroica protagonista se debate entonces entre las dos culturas, pues sabe que los lobos están bajo amenaza e, indirectamente, el estilo de vida inuit también está en peligro. Julie empleará sus reflexiones para convencer al lector de la importancia de respetar la naturaleza y de permitir la comunicación entre culturas. Comprender a los demás, por tanto, es el primer paso para comprendernos a nosotros mismos.