“El pequeño pájaro” sólo es una muestra más del enorme talento de Paro Anand como creadora de clásicos modernos para niños. Esta autora, una de las más celebradas en la India en las últimas décadas, nos ofrece una fábula para los días que corren, y es que gira en torno a temas de ecología y respeto por el medio ambiente. En el relato se narra la amenaza que sufren los animales de un bosque por las inundaciones, y cómo ello afecta a su estilo de vida. De forma inconsciente las criaturas buscan alguien que los salve, labor que recae en Piddi, una hembra de pájaro cuya función es sujetar el suelo. De esta forma, Piddi acaba sucumbiendo y fallece en pos del bienestar del resto de animales del bosque. Su valentía y entrega elevan a Piddi a la categoría de heroína, y los animales la venerarán en adelante. Con este transfondo natural, Paro Anand también nos habla de las aptitudes que todos tenemos y debemos demostrar al mundo, incluso los más desfavorecidos y los que piensan que no poseen ninguna virtud.
El guayanés John Agard es un literato infantil reconocido a nivel mundial cuyos cuentos destacan por su entrañabilidad. Sus relatos suelen ser de corte naturalista y protagonizados por animales, dando una vuelta de tuerca a las fábulas tradicionales. “Préstame tus alas” critica de forma velada a la envidia, al hecho de fijarnos en lo que tienen los demás sin percatarnos de lo que tenemos, que la mayoría de veces es más valioso. Hermana Pez y Hermano Pájaro anhelan convertirse el uno en el otro, para vislumbrar un mundo desde otra perspectiva. Hermano Pájaro le deja las alas a Hermana Pez a cambio de sus aletas. Ambos disfrutan momentáneamente de un tipo de libertad diferente, en el mar o en el aire, pero también se dan cuenta que sus nuevas vidas acarrean responsabilidades para las que no están preparados. De esta forma, deciden volver a su hábitat y ser quienes eran, valorando a su modo su propia libertad. Esta hermosa neofábula gustará a mayores y pequeños por su profunidad y entretenimiento.
¿Nunca habéis experimentado esa sensación en la cual deseáis volver a vuestra plácida rutina? Es algo natural, especialmente cuando se está viviendo una situación agitada o cuando uno está saturado de tanta aventura. Esta premisa, a priori tan sencilla, es con la que Arthur Yorinks juega en “Hey, Al” y se la muestra a un público infantil. El protagonista, Al, tiene una vida muy simple y rutinaria, pues trabaja de conserje y vive solo en un piso de Nueva York con su perro Eddie. A pesar de que se tienen mutuamente, realmente son un desastre en el mantenimiento del orden del hogar, y sin embargo se quejan de lo aburrida que su vida es. Un día aparece una especie de tucán gigante que les propone llevarlos volando hasta el paraíso, oferta que los protagonistas aceptan sin rechistar. Sin embargo, y como nos sucede a cualquier persona, Eddie y Al empiezan a añorar su vida normal, más tranquila y segura. Al regresar a Nueva York ambos entonan la máxima “hogar, dulce hogar”, y sienten su pequeño piso del West End como el mejor lugar del mundo. Con este fabuloso cuento los niños valorarán la estabilidad familiar y el concepto de “hogar” por encima de otras superficialidades.
Los niños en ocasiones crean un mundo nacido de su imaginación para evadirse de los problemas. De hecho, la mayoría de veces no son siquiera conscientes de los susodichos problemas. En “La isla en la calle del Pájaro”, Uri Orlev nos ofrece su visión de la Segunda Guerra Mundial a través de la mirada de un niño judío que sobrevive escondido en el gueto de Varsovia. Alex está desconcertado, puesto que su madre ha desaparecido y su padre ha sido capturado por los alemanes. La única compañía de Alex es un pequeño ratón blanco al que llama Nieve. Alex es una suerte de aventurero moderno. Aunque no comprende la situación ni la magnitud de la guerra, se construye un refugio en la calle del Pájaro al que llama su “isla”. Alex inspeccionará atentamente el barrio y otras zonas de Varsovia, y ayudará cuanto pueda a los que lo necesiten. Siempre volviendo a su refugio a esperar a su familia. Orlev sabe transmitir a la perfección las sensaciones de la guerra, el suspense y desatar la adrenalina cuando es necesario. Una bonita novela que aboga por la inocencia en los peores momentos para la humanidad.
El celebérrimo P.D. Eastman muestra en “El mejor nido” una historia dirigida a un público todavía más infantil de lo que acostumbraba su obra. Su excelente narrativa hace que este libro sea ideal para que los niños comiencen a leer por su cuenta. Los protagonistas son una pareja de aves, el señor Pájaro y la señora Pájara. Mientras que el señor está absolutamente satisfecho con el nido que tiene por hogar, la señora está convencida que un hogar mejor les espera en algún sitio. De esta forma, el matrimonio empieza buscar emplazamientos donde asentar su nido, algunos de ellos verdaderamente curiosos: un zapato, una chimenea o una torre. Todos presentan algún inconveniente que deja con cierta insatisfacción a la señora Pájara. Finalmente, ambos concluyen que el mejor nido no se fundamente en dónde se construya, sino por quién viva en él. De esta forma, “El mejor nido” es una oda al hogar, el cual hay que valorar y aceptar porque es donde se encuentra tu familia, es decir, tus seres queridos.
“¿Eres mi mamá?” es uno de los cuentos de la serie “Beginner” que a principios de los años 60’ entretuvo a tantos niños. El autor, P.D. Eastman, se hizo famoso por colaborar con el Dr. Seuss, uno de los más conocidos escritores infantiles. De hecho, trabajaron tan estrechamente que a menudo es confundido con él en su estilo. El relato se centra en un pájaro que, al salir del huevo, no encuentra a su madre por ningún sitio. Lo que se detalla son las peripecias del pajarito en búsqueda de su mamá. El protagonista hace la misma pregunta a todo ser u objeto con el que se cruza en su camino: “¿Eres mi mamá?”. Ya sean aviones, perros, vacas o excavadoras, el pajarito recibe reiteradas negativas. La historia mezcla lo entrañable con la diversión, pues el hecho de que el pájaro pregunte a cualquier animal o máquina provoca situaciones muy graciosas. Y, en definitiva, transmite la importancia de tener una madre y cómo la debemos cuidar porque ella siempre lo va a dar todo por nosotros.