Tratar temas tan serios como la muerte o el suicidio es de por sí muy complicado. Dirigirlos a un público juvenil dificulta todavía más si cabe esta tarea. La pareja de autores compuesta por Vera y Bill Cleaver efectuaron a la perfección la ardua labor de recrear la confusión que los niños sufren ante momentos difíciles que nunca antes han vivido. El protagonista es Grover, un niño que ve cambios raros en su casa tras caer su madre enferma. Su tío le compra a su madre todos los caprichos que ésta siempre ha deseado. Por otro lado, no recibe explicaciones satisfactorias de nadie, y todos se esfuerzan en entretener al pequeño Grover. El chico comienza a sospechar más y más, pero aun así no está preparado cuando su madre se suicida. Su padre se encierra en su soledad, y Grover debe buscar fuera de casa el consuelo que en ésta no encuentra. Es en este momento cuando los Cleaver recalcan la importancia de tener buenas amistades para atravesar los momentos más complicados de la vida. Así, uno aceptará la muerte y madurará de forma óptima, y estará preparado para los obstáculos venideros.