Considerada la primera autora de novelas para niñas que escribió desde el punto de vista de la protagonista, Angela Brazil (1868-1947) tuvo un enorme éxito comercial sobre todo entre el público femenino adolescente. Sus relatos están principalmente basados en su adorada madre, Philippa, la cual viajó de Brasil a la Inglaterra victoriana para vivir en un internado. Aunque el retrato que hizo de los internados ingleses es duro, su principal misión fue la de instruir, no la de aleccionar. Dijo que “escribir para niños supone conservar la forma de pensar de cuando eres joven al tiempo que adquieres habilidad narrativa”. Se considera pionera en un género actualmente demasiado utilizado, y contribuyó a la equiparación del género femenino en la sociedad de la época.