Considerado el padre de la fantasía moderna, John Ronald Reuel Tolkien nació en en Bloemfontein, Sudáfrica, en 1892. A los tres años volvió junto a su madre a Inglaterra, donde tardaron en encontrar un hogar donde asentarse. Enamorado de las mitologías, esencialmente la nórdica, y de la literatura inglesa antigua, Tolkien se graduó en la Universidad de Oxford. Más adelante ocuparía una cátedra y sería profesor de anglosajón durante gran parte de su vida en la misma universidad. Tolkien participó incluso en la Primera Guerra Mundial, donde los horrores que vio le inspiraron para tratar los temas del bien y el mal en sus novelas. En torno a su alma máter también se forjó un grupo de literatos llamado los Inklings, al cual también pertenecía su gran amigo C.S. Lewis. Su pasión por la mitología le llevó a intentar abordar la creación de un universo propio que sirviera como fuente mitológica. Ese universo era la Tierra Media y todas las obras que Tolkien creó expandiéndolo le han llevado a ser el más idolatrado de los escritores de ficción. Uno de los puentes fuertes de su literatura es la creación de lenguas propias. Sus libros son clásicos de la literatura universal, especialmente “El señor de los anillos” y “El Hobbit”. Además del reconocimiento de la crítica y el tremendo éxito comercial, Tolkien fue condecorado con la Orden del Imperio Británico y ha aparecido sucesivamente en prestigiosas listas como las de la revista Time, además de ser nominado al Premio Nobel. Tolkien falleció en 1973 dejando uno de los legados literarios de mayor impacto en la actualidad.