La prolífica obra de Gary Paulsen está repleta de relatos de aventuras sin contemplaciones en lugares inhóspitos. Uno de los escenarios preferidos por el narrador estadounidense es Alaska, revisitada en varias de sus historias. “El hacha” es una de ellas, y contiene todos los elementos que podemos asociar a esta región: nieve, supervivencia, trineos, carreras… Pero no hay que dejarse confundir por el trasfondo, ya que realmente se nos están mostrando las miserias de Brian, el protagonista. Éste se pierde en medio de la nada cuando iba a visitar a su padre, y debe ingeniárselas para orientarse y salir de allí con vida. Lejos de contentarse con esto, Paulsen introduce los pensamientos que atormentan a Brian y que son debidos a las infidelidades de su madre. De una forma u otra, Brian madura a la fuerza. Este fascinante relato fue nominado en 1988 a la Medalla Newbery. Cualquier lector que se acerque a él no olvidará nunca el hacha, instrumento eje de la narración.
“Julie y los lobos” explora la dificultad que tiene la gente que vive en ambientes naturales para adaptarse a la realidad social en general, y a la vida urbana en particular. La protagonista, Julie, tiene trece años y se ha quedado sin madre. Además, su padre desaparece tras acudir a una cacería. Julie es esquimal y se siente sola, y necesita a su única amiga, Amy. El problema es que Amy vive en San Francisco, muy lejos del frío Ártico donde Julie reside. Aun así, Julie sabe que es una cuestión de todo o nada, y decide enrolarse en un buque hacia California. Julie se pierde y debe sobrevivir en plena tundra, haciéndose amiga de una manada de lobos y usando los conocimientos que aprendió de su padre. Nuestra heroica protagonista se debate entonces entre las dos culturas, pues sabe que los lobos están bajo amenaza e, indirectamente, el estilo de vida inuit también está en peligro. Julie empleará sus reflexiones para convencer al lector de la importancia de respetar la naturaleza y de permitir la comunicación entre culturas. Comprender a los demás, por tanto, es el primer paso para comprendernos a nosotros mismos.
Las sensaciones que transmite la lectura de “Ben, el oso dócil” deben ser experimentadas por cualquier joven lector. El escenario de la novela es la costa de Alaska y la vida en un pueblo donde todos subsisten gracias a la pesca de salmón. El protagonista es Mark Wedloe, un niño que se hace amigo de un oso pardo llamado Ben, quien lleva varios años viviendo en cautividad. Dadas las tragedias que ha sufrido la familia Wedloe, los padres de Mark aceptan que su hijo tenga por amigo a un oso. Ambos colegas se encargan de demostrar que son inseparables. Sin embargo, en un cierto punto, Ben se las tiene que ver con su anterior dueño, y se defiende atacándolo. Esto hará que el pueblo entero decida enviar a Ben a una isla, aunque sufre un accidente en el barco antes de su llegada. Mucho más adelante, Ben y Mark se reencontrarán y volverán a experimentar la camaradería de antaño, y ambos volverán a ser felices. Se trata de un espléndido relato donde Walt Morey describe situaciones reales y entornos naturales a la vez que da profundidad a su historia.
Tras el éxito de “La llamada de lo salvaje”, Jack London publicó otra historia memorable sobre la vida salvaje: “Colmillo blanco”. En este caso, el proceso descrito es ligeramente inverso al de su anterior obra. El protagonista es un lobo salvaje que acaba viviendo en un ambiente doméstico. Colmillo Blanco empieza la historia devorando hombres en la Alaska más recóndita, para luego pasar por varios amos. Uno de ellos es especialmente cruel, y el protagonista sobrevive y acaba en manos de un amo bondadoso. Su tranquila existencia en California es interrumpida por los conflictos entre los humanos. Colmillo Blanco consigue tener unos cachorros que abren la posibilidad a mantener la estirpe del lobo. Se realiza una voraz crítica de la sociedad humana, pues se muestra que a pesar de que Colmillo Blanco se integre en parte de ésta, el mundo de los hombres es igual de violento o más que el mundo salvaje.
“La llamada de lo salvaje” es uno de los mejores retratos de la vida animal, escrito por uno de los mejores autores en este ámbito, Jack London. En el relato se cuenta la historia de Buck, un perro pastor que pasa de un ambiente doméstico a una vida completamente salvaje. Buck es vendido a unos hombres en Alaska en plena fiebre del oro. Tirando de un trineo, poco a poco se desliga de sus hábitos domésticos para mostrar su más puro instinto animal con la finalidad de sobrevivir a las inclemencias y las vicisitudes que lo acompañan. A punto de morir varias veces, Buck es salvado por John, un hombre que se hace su amigo y al que unos indios nativos asesinan. Buck se venga de ellos y acaba convirtiéndose en el líder de una manada de lobos salvajes. Si sientes especial devoción por las historias en las que los animales son protagonistas y por la descripción más realista y salvaje de éstos, “La llamada de lo salvaje” resulta imprescindible en tu biblioteca.