La Edad Media es fuente inagotable de novelas históricas. Las ambientadas en las Cruzadas resultan particularmente apasionantes por el conflicto religioso y la tensión entre la vida y la muerte. Karleen Bradford creó una trilogía histórica de esta época dirigida a un público joven. “Vendrán los lobos” es el primer libro de esta trilogía, y está protagonizado por una heroína medieval de nombre Ursula. Ursula ejemplifica a la mujer luchadora en un mundo dominado por la fe, la superstición y la violencia. Con tan sólo 16 años, ella se enfrenta a las acusaciones de brujería que algunos le profesan por emplear métodos científicos para luchar contra las enfermedades o ponerse a salvo. Ursula demostrará su carácter cuando decide acudir a las Cruzadas. La historia se sitúa a finales del siglo XI, y narra las persecuciones de los judíos en Renania. Como en otras ficciones históricas, hay cabida para el romance (Ursula y Bruno), y para el paso forzado a la madurez. Sin duda “Vendrán los lobos” despertará el espíritu por la aventura histórica a más de uno.
El pasado es un lugar difícil para vivir. Cuando éste ha sido bello, entonces hablamos de nostalgia. Por otro lado, si el pasado es nefasto, sus horrores nos acompañarán para siempre. Esta es la principal premisa de “Alquimia roja”, Libro del Año en Canadá por la C.L.A. en 1991. Su autor, Michael Bedard, ha sabido combinar en su obra situaciones realistas con detalles fantásticos que la enriquecen, emanando un aire inquietante y atractivo. En este caso, el protagonista es Cass, un adolescente que se muda a una casa vieja en Toronto junto a su madre, la cual está sumergida en su tesis. Cass se busca la vida y comienza a trabajar en un cine, donde conoce al señor Magnus, un hombre misterioso cuyo pasado resulta absorbente. Cass y su amigo Maddy investigan y descubren que Magnus hace alquimia, y que es un veterano de la Primera Guerra Mundial traumatizado por los horrores del conflicto. La apertura de Magnus hacia los niños le ayudará a superar sus miedos y traumas, y a eliminar pesadillas. Todo envuelto en un aura de magia y esoterismo que cautiva más todavía. Esta novela no dejará indiferente a nadie y aporta reflexiones esenciales sobre la juventud, la soledad, el espíritu y el pasado.
La esperanza es lo último que se pierde. Esta célebre sentencia ilustra a la perfección “Huida a Canadá”, una novela de Barbara Smucker. La protagonista, Julilly, es vendida con doce años a una nueva plantación, además de ser arrancada de los brazos de su madre. Julilly sueña con poder escapar a un lugar donde la esclavitud no existe, y del que su madre le había hablado. Ese lugar no es ni más ni menos que Canadá. La autora se inspira en una organización secreta que se encargaba de llevar esclavos desde el sur de Estados Unidos hasta el vecino del norte: la Underground Railway. Julilly aprovecha el momento preciso para iniciar la ansiada huida junto a su amiga Liza. El viaje no es fácil, y ambas están a punto de ser apresadas de nuevo. Esta tensión será transmitida al lector, quien deseará la libertad para las niñas tanto como ellas mismas. La edición original iba acompañada de un mapa que demuestra la longitud de la travesía emprendida por las dos protagonistas, aumentando en el lector la empatía por este entrañable libro.
“El collar del somorgujo” es una de las más orgullosas representaciones de la literatura infantil canadiense. Empleando además parte del folclore de Canadá como leitmotiv, William Toye creó una historia excepcional. En ella se funden el mito y la leyenda para transmitir ideales de justicia y amor por la naturaleza, valores muy arraigados en el país norteamericano. El relato se inspira en una tradición de los nativos, quienes decían que el somorgujo, un ave característica de Canadá, podía curar la ceguera. En una ocasión, el somorgujo devolvió la vista a un anciano, y se dice que éste lo recompensó con un collar de conchas. El collar permaneció en su cuerpo y algunas conchas salpicaron por su espalda. De ahí el característico moteo del plumaje del somorgujo y su mancha en forma de collar. Además de la historia, las ilustraciones que lo acompañan, el característico collage de Elizabeth Cleaver, resultan maravillosas. Por si esto no fuera suficiente, “El collar del somorgujo” también es una descripción de los bellos paisajes canadienses, y una invitación a conocer este asombroso país a través de su literatura.