“El viento en la Luna” destaca por la complejidad de su argumento. Éste se entrelaza de una forma en la cual el lector, a la vez que atrapado, sentirá la necesidad de resolver cómo acabará todo. Esta rocambolesca obra fue escrita a finales de la Segunda Guerra Mundial por Eric Linklater, con ilustraciones de N.C. Bentley, y pone de manifiesto muchas de las situaciones que se estaban viviendo por aquel entonces. Las protagonistas, Dorinda y Dinah, están rabiosas porque su padre ha partido a la guerra. Achacan la mala situación a que está soplando viento en la Luna, y se comportan mal por ello. Las fechorías de Dorinda y Dinah son el motor de la obra, puesto que ambas agotan la comida, acuden a un juicio e intentan descubrir las causas de un robo. Ambas llegan a interactuar con animales, dotando de un toque fantástico a esta curiosa obra. Muchas miserias de la guerra, como el hambre, también son denunciadas en este libro. Una lectura que hará volar tu imaginación.
“No podíamos dejar a Dinah” es un entrañable cuento ambientado en la Segunda Guerra Mundial y con un protagonista de excepción, un pony. Realmente los personajes principales son dos hermanos, Carolina y Mick. Ambos se reúnen a menudo en el Pony Club. Una noche, de forma súbita, llegan noticias de una invasión alemana de Inglaterra. Los dos hermanos, que viven en una Isla del Canal de La Mancha, deben ser evacuados. Problemas durante la fuga les llevan a una cueva, donde se asientan. Sin embargo, a los hermanos les siguen llegando noticias y acaban descifrando un código para evitar que toda Gran Bretaña sea invadida. Entonces el ritmo de la lectura pasa a ser frenético y los protagonistas se convierten en unos héroes. Esta historia le mereció a su autora, Mary Treadgold, la Medalla Carnegie en 1941. Es un relato donde los niños son tratados como héroes, lo cual siempre gustará a los adolescentes lectores. Ambos jóvenes son capaces de permanecer en su isla con tal de no dejarse atrás a sus queridos ponys.