La asunción de la realidad y del verdadero funcionamiento del mundo es algo a lo un adolescente se enfrenta de forma progresiva. Las consecuencias de esta comprensión suelen ser la decepción, la frustración y el desasosiego. Los cambios psicológicos provocan que lo que antes se veía de color de rosa, ahora parezca gris o negro, y madurar es clave para seguir siendo feliz. Este es el leitmotiv de “Mira cómo huyen”, novela de David McRobbie en la cual se nos muestra a una familia que debe huir de una misteriosa persecución para ponerse a salvo. La causa son unos chanchullos o participaciones extrañas del padre de la familia Cassidy, Don, en un juicio. La narradora es Emma, hija de Don de quince años, quien a través de su mirada sostiene el suspenso del relato mientras la familia Cassidy huye de Inglaterra a Australia para poder llevar una vida tranquila y normal. La tensión nunca desaparece ni en la otra punta del mundo, y Don cambia su punto de vista y decide enfrentarse a la justicia para que su familia puede vivir siempre en paz.
Uno de los signos que caracterizó a Louise Fitzhugh en sus obras fue la rebeldía. Ya lo había demostrado en su primera novela, “Harriet, la espía”, y le dio continuidad en “La familia de nadie va a cambiar”. En esta nueva publicación la protagonista es Emma Sheridan, una niña inquieta e inconformista que se enfrenta al ambiente represivo de su familia. Dicho ambiente es la traducción del carácter autoritario de su padre, así como de la inoperancia y sumisión de su padre. Emma decide entonces vincularse a una asociación clandestina que lucha contra los abusos paternales. Este relato fue merecedor del Children’s Book Bulletin a pesar de las polémicas que su autora suscitaba. De hecho, no es habitual una novela que reivindique tan fervientemente los derechos de los niños y critique los estereotipos. Todo ello, claro está, aderezado con un estilo mordaz e ingenioso que motivará a los jóvenes y les infundirá autoconfianza.
Emma Smith estableció en “No hay manera de saberlo” un curioso género resultado de mezclar la novela rural con la intriga. Publicado en 1972, este libro narra la vida de Amy junto a su abuela en una región del interior de Gales. Entre tanta montaña y paisaje cautivador es muy fácil quedar aislado, como les sucede a ambas protagonistas. Curiosamente, el mal tiempo no es el único de los contratiempos que aparece en el relato. Un día, reciben la visita de un desconocido que se lleva algo de comida sin mediar palabra. Más adelante, otros dos hombres diferentes y con esquís irrumpen buscando al susodicho. Como el título bien dice, no hay manera de saber quiénes son esos misteriosos visitantes. Sólo más adelante Amy su abuelita sabrán que todo estaba relacionado con una conspiración criminal de escala internacional. Smith sabe compaginar suspense con tranquilidad, alternando el ritmo frenético de las visitas con las relajadas descripciones de los valles galeses. Por supuesto, también hay cabida para la relación abuela-nieta, en la que se produce el intercambio habitual de sabiduría y vitalidad que todos hemos experimentado en nuestras vidas.