Uno de los signos que caracterizó a Louise Fitzhugh en sus obras fue la rebeldía. Ya lo había demostrado en su primera novela, “Harriet, la espía”, y le dio continuidad en “La familia de nadie va a cambiar”. En esta nueva publicación la protagonista es Emma Sheridan, una niña inquieta e inconformista que se enfrenta al ambiente represivo de su familia. Dicho ambiente es la traducción del carácter autoritario de su padre, así como de la inoperancia y sumisión de su padre. Emma decide entonces vincularse a una asociación clandestina que lucha contra los abusos paternales. Este relato fue merecedor del Children’s Book Bulletin a pesar de las polémicas que su autora suscitaba. De hecho, no es habitual una novela que reivindique tan fervientemente los derechos de los niños y critique los estereotipos. Todo ello, claro está, aderezado con un estilo mordaz e ingenioso que motivará a los jóvenes y les infundirá autoconfianza.