La tan bien asentada industria del cómic europeo actual gozó de un apogeo progresivo desde la mitad del siglo XX hasta el final del mismo. Muchos de los personajes icónicos de este movimiento, ahora héroes de la cultura popular como Astérix, Tintín o Lucky Luke, surgieron de la imaginación de la cantera franco-belga. Éste es el caso también de “Gastón el Gafe”, menos célebre que los previamente nombrados pero igualmente carismático y venerado por sus fans. Gastón se publicó en el brillante Journal de Spirou, y desde el primer momento abanderó un humor crítico con la precariedad laboral y las desigualdades sociales. Todo a través del protagonista, un desastre en su trabajo y que sueña con vivir bien de sus malogrados y extravagantes inventos. Siendo esto el centro de la risa en estos tebeos, hay que contar también con los imprescindibles personajes secundarios, las rocambolescas situaciones que se dan y las ingeniosas soluciones que se dan a los problemas. Y todo mostrando valores de paz, amor por la naturaleza y respeto por el trabajo digno y en condiciones.
La habilidad de Gaston Leroux para el misterio queda patente en “El misterio del cuarto amarillo”. En esta novela se cuenta el intento de asesinato reiterado de la señorita Strangerson, encerrado en un hermético y misterioso cuarto amarillo del castillo de Glandier. En ese mismo castillo está el laboratorio del doctor Strangerson, su padre. El protagonista es un joven reportero de habilidades deductivas prodigiosas, conocido como Joseph Rouletabille. Con la ayuda del señor Sinclair, su amigo, poco a poco van desentrañando los misterios de las circunstancias del homicidio. Rouletabille es un personaje a medio camino entre Sherlock Holmes y Tintín, y gracias a ello un icono de la literatura francesa de misterio. Su juventud también choca con los entresijos políticos y con intrigas a las cuales quizá no esté tan preparado…