Fantasía y realidad se entrecruzan en este relato por momentos costumbrista y a ratos surrealista. María Merryweather tiene trece años y debe trasladarse a la finca Moonacre con su perro Wiggins y su institutriz. La historia está ambientada a mediados del siglo XIX en Inglaterra. El primo de María vive en un castillo de origen normando y la llegada de la protagonista hará que ésta se sumerja en un mundo fantástico inspirado en los cuentos medievales y la novela caballeresca. Criaturas fantásticas, como unicornios, habitan el valle. Allí María hará amigos imaginarios que luego son personas diferentes en la vida real. Como no podía ser de otra manera, el conflicto imperecedero entre el bien y el mal también se pone de manifiesto en “El pequeño caballo blanco”, en este caso a través de María y su primo Bnejamin. Uno representa la luna y otro el sol. El carácter pacifista de María se impondrá y devolverá la paz a la finca Moonacre. Este libro es un conjunto de ideas ilusorias que calan en el lector de la mano de la excepcional Elizabeth Goudge.
Las novelas infantiles ambientadas en época de guerra fueron muy típicas a mediados del siglo XX. Además, gozaron de tremendo éxito entre el público joven. “La espada de plata”, escrita por Ian Serraillier, recibe el nombre de un objeto simbólico que representa la esperanza de la familia protagonista: los Balicki. Esta familia es disgregada durante la guerra a causa de los ataques sobre Varsovia. El padre, Joseph, es enviado a un campo de concentración nazi por irreverencia, mientras que su esposa es más adelante también deportada. Los hijos (Edek, Ruth y Bronia) desaparecen e incluso se piensa que están muertos. La historia narra la epopeya de cada miembro de la familia en busca del resto. Como podemos imaginar, el relato está repleto de momentos duros, pero también transmite valores de humanidad, dignidad y supervivencia. De una forma agradable, “La espada de plata” nos describe cómo cualquier guerra puede acabar con la vida de la gente y que ésta ya no vuelva a ser como antes.
Rosemary Sutcliff escribía ficciones históricas entre las cuales “El águila de la Novena Legión” es la más célebre. La época es el Imperio Romano en el siglo II y el lugar es Britania. Un legionario es enviado a este terreno inhóspito y, aunque no le agrada la idea, se siente atraído porque la Novena Legión desapareció misteriosamente allí. Y, con ella, su padre. Marcos, que es como se llama nuestro protagonista, deja el ejército tras quedar herido, y entonces es cuando emprende un viaje secreto para conocer cuál fue el destino de su padre y de toda la Novena Legión. Para ello se sirve de la ayuda de Esca, un esclavo al que libera, y juntos interrogan a los aldeanos allá por donde pasan. Cuando Marcos conoce la verdad se da cuenta que el final de la Novena Legión fue un suceso más que olvidable, y para recuperar el honor de la misma debe llevar el simbólico águila que se encuentra a Roma. El camino de vuelta a la capital del Imperio será parte de las aventuras, y al final Marcos se dará cuenta lo valiente que fue su padre y su autoestima crecerá. Y con ello su fortaleza y su coraje. Toda una novela épica que merece la pena leer como introducción al género de la novela histórica.