Un maestro de la literatura infantil británica en los últimos años es Dick King-Smith, distinguido también por su longeva trayectoria. El género más cultivado por King-Smith, que el propio autor bautizó como “fantasía de granja”, también queda plasmado en “El ahuyentador de cuervos” (“The Crowestarver”), y esta vez además fue premiado con el Nestlé Children’s Book Prize. Spider Sparrow es un adolescente que vive en plena campiña inglesa en el seno de una familia que lo adoptó al encontrarlo abandonado. Las tradiciones se hacen fuertes en esta historia en la que Spider se va de la escuela y se pone a trabajar como ahuyentador de cuervos, al tiempo que se forma toda una pandilla con otros animales. Elementos esenciales de la obra del escritor como el culto al trabajo agrícola y las granjas están presentes en todo momento. Por otro lado, el drama irrumpe en la narración con la prematura muerte de Spider por una enfermedad hereditaria fulminante. Aunque el lector sentirá la misma pena que los padres de Spider, King-Smith sabe infundir un mensaje de esperanza ante la vida y las formas de aprovecharla siendo siempre feliz.
“El erizo”, cuyo título original está escrito erróneamente adrede “The Hodgeheg” (en vez de “The Hedgehog”), ya muestra desde el primer instante el sentido del humor al cual nos acostumbra Dick King-Smith. Otras particularidades del estilo del autor son el retratar animales, generalmente débiles, que triunfan ante situaciones adversas, y que hablan y se expresan como humanos. En este texto una familia de erizos debe enfrentarse día tras día al cruce de una carretera para poder llegar al parque y cazar su comida. Ese simple instante supone para todos ellos un riesgo y una amenza a su supervivencia. El niño de la familia, Max, es agudo e inteligente, pero demasiado confiado como para querer intentar por su cuenta solucionarlo todo. Un fuerte golpe en la cabeza le provocará un defecto en el habla, pues el orden de las palabras en sus frases ya no será el mismo. Esto incrementa la gracia del cuento, y el niño que lo lea no dejará de reír ante la forma de hablar del joven erizo. Por otro lado, la victoria de estos animalillos viene a pesar del accidente, pues Max no pierde un ápice de su ingenio y encuentran uan forma de cruzar la carretera.