Si el autor e ilustrador australiano Stephen Michael King es célebre por dibujar libros de otros, algunos autores clásicos incluso, esta vez es él quien se atreve con su propia obra. Sus inconfundibles trazos están cargados de color y derrochan simpatía, sensaciones que van a la par con la trama de “Henry y Amy”. En este canto a la amistad, Michael King habla de dos amigos improbables que acaban haciéndose inseparables. Henry es más visceral, travieso y curioso; mientras que Amy es refinada, lista y cuidadosa. Ambos se conocen por pura casualidad, pero desde el primer momento se sienten bien el uno junto al otro y empiezan a respetar sus diferencias. Este respeto mutuo acaba demostrándose como el principal pilar de una buena amistad, valor que cualquier persona debería aprender desde bien niño. Y es que el equipo que Henry y Amy conforman es capaz de todo. La crítica avaló el libro de Michael King concediéndole el CBCA de Australia.
El pasado es un lugar difícil para vivir. Cuando éste ha sido bello, entonces hablamos de nostalgia. Por otro lado, si el pasado es nefasto, sus horrores nos acompañarán para siempre. Esta es la principal premisa de “Alquimia roja”, Libro del Año en Canadá por la C.L.A. en 1991. Su autor, Michael Bedard, ha sabido combinar en su obra situaciones realistas con detalles fantásticos que la enriquecen, emanando un aire inquietante y atractivo. En este caso, el protagonista es Cass, un adolescente que se muda a una casa vieja en Toronto junto a su madre, la cual está sumergida en su tesis. Cass se busca la vida y comienza a trabajar en un cine, donde conoce al señor Magnus, un hombre misterioso cuyo pasado resulta absorbente. Cass y su amigo Maddy investigan y descubren que Magnus hace alquimia, y que es un veterano de la Primera Guerra Mundial traumatizado por los horrores del conflicto. La apertura de Magnus hacia los niños le ayudará a superar sus miedos y traumas, y a eliminar pesadillas. Todo envuelto en un aura de magia y esoterismo que cautiva más todavía. Esta novela no dejará indiferente a nadie y aporta reflexiones esenciales sobre la juventud, la soledad, el espíritu y el pasado.
“La historia interminable” es muchos conocida por su adaptación cinematográfica. O, también, por ser una de las múltiples obras célebres que escribió Michael Ende. Cualquiera ha compartido momentos inolvidables con Bastián, Fujur o Atreyu. El protagonista de este épico relato es Bastián, un niño que entra en una librería y se hace con un ejemplar de un libro que lleva por título el de la propia novela: “La historia interminable”. A medida que transcurre la historia el lector adivina que es un ejemplar único y que realmente el libro buscaba a Bastián, para absorberlo en un mundo de fantasía sin parangón. Y es que esta magnífica obra de Ende es una oda al poder de la imaginación, a la confianza en uno mismo y a la ilusión. No podemos contemplar una sociedad sin imaginación y sin individuos llenos de ilusión. Eso es lo que Ende nos dice. Y para ello crea un universo único, con una mitología y identidad tan propia y reconocible, que querrás revisitar una y otra vez.
Robert Munsch quiso dar una vuelta de tuerca a las historias de los príncipes y princesas en este asombroso cuento. Rompiendo estereotipos, “La princesa vestida con una bolsa de papel” critica el costumbrismo en los cuentos de hadas, en las fantasías medievales y en las leyendas. Los giros argumentales aparecen a varios niveles. En primer lugar, la princesa debe salvar al príncipe. En segundo lugar, la princesa es ninguneada por el ataque de un dragón. En tercer lugar, no son felices ni comen perdices al final de la obra. La princesa Elizabeth y el príncipe Ronaldo se aman, pero éste es atrapado por un dragón. Dicho dragón, a su vez, ha incendiado el castillo de Elizabeth y la ha desposeído de todos sus ropajes, habiendo ésta de taparse con un trozo de papel. Aunque la princesa lo rescata, el príncipe le recrimina su apariencia, mientras que ésta insulta la inteligencia de él. Este libro de Munsch es ya todo un clásico, y hará reír tanto a niños como a mayores.
El movimiento ecologista se inició hace décadas, pero actualmente ha alcanzado su cénit y está en boca de todos. Es por ello que esta obra de Michael Foreman tiene más vigencia que nunca en los tiempos corren. “Los dinosaurios y los residuos” relata cómo estos seres empiezan a destrozar todo lo que se encuentran alrededor, lo apilan e, inconscientemente, limpian la Tierra de la acción del hombre. Entonces, unos visitantes espaciales se percatan que nuestro planeta vuelve a ser un lugar agradable en el que vivir. Estos visitantes reclaman un trozo de la Tierra, y los animales, junto con los dinosaurios, acuerdan que el planeta pertenece a todos y que pueden disfrutarlo, siempre que la cuiden. Como vemos, ecologismo elevado a la máxima potencia, todo ello a través del humor y el estilo de Foreman. El éxito de la obra se acentuó por su adaptación a teatro infantil y por su uso a menudo en las escuelas, todo ello sin quitar un ápice de su valor como historia para entretener.
Los poemas de Michael Rosen siempre han gozado de tremendo éxito entre el público infantil. En “Ocúpate de tus asuntos” se considera que Rosen inauguró un estilo de poesía conocido como los “versos pillos”. La asociación con Quentin Blake como ilustrador permitió dotar de ritmo a las poesías ya de por sí vertiginosas. Esta colección resulta curiosa porque Rosen la concibió para que un lector adulto se sintiera identificado con su propia niñez. Ahí reside el éxito de “Ocúpate de tus asuntos”, pues gozó de aceptación entre pequeños y mayores. Respecto al resto de características de la obra, el estilo del autor se vislumbra al tratar temas serios con sentido del humor, pero nunca de forma cínica. Se abordan tópicos como la soledad, la madurez y la familia. Esta colección de poesías es un excelente acercamiento tanto a la obra de Rosen como a los versos pillos, y una buena forma de identificarse a la vez que disfrutas con su lectura.
Este libro es realmente una antología poética que supone en sí misma una obra maestra. Michael Rosen ha trabajado como comentarista de radio, como profesor y como poeta, y por ello es bien conocedor de lo que resulta más atractivo para un niño. A este respecto, Rosen ha manifestado que los sonidos sorprenden a cualquier pequeño, de ahí la importancia de las rimas. El autor se sirve de su experiencia para recopilar poemas cortos de todas las épocas y de diferentes temáticas. Algunos recientes, algunos de cosecha propia, y otros de míticos escritores como Robert Louis Stevenson o A.A.Milne. Casi siempre suelen ser estrofas en las que se referencian versos absurdos que arrancarán las carcajadas de los niños. Resulta inevitable incluso que un adulto no sonría con ello. Por supuesto, este poemario está aderezado por las geniales ilustraciones de Bob Graham, repletas de detalles y que interactúan en ocasiones con el texto aportando dinamismo a esta magnífica obra. Un libro infantil imprescindible.
“La isla de coral” es un relato de isla, naufragio y supervivencia. Aunque actualmente esta obra de Ballantyne no es la más famosa del género, realmente inspiró la creación de hitos posteriores como “La isla de del tesoro” y “El señor de las moscas”. En ella, Ralph, Jack y Peterkin naufragan en una isla de arrecifes del Pacífico. Con unas pocas herramientas saben desenvolverse poco a poco y salir del paso. No obstante, de pronto aparecen caníbales y piratas para interrumpir su tranquila existencia, y la acción se sucede de forma desenfrenada. Los estereotipos de cada protagonista permiten sentirse identificado y acercan con realismo su situación al lector. Durante el siglo XIX fue uno de los libros de aventuras favoritos de los incipientes lectores.
Este entrañable oso ha vendido más de 35 millones de ejemplares y su popularidad es imperecedera. En la historia, llega como polizón a la estación de Paddington de Londres, procedente de Perú. El señor y la señora Brown lo acogen y le dan el nombre del lugar donde se lo encuentran. A partir de ahí Paddington es como un niño más, metiéndose en líos los cuales parecen aventuras para él mismo, enfurruñándose cuando no está de acuerdo con algo y comiendo dulces caprichosamente. Su éxito ha dado lugar a mucho merchandising e incluso se erigió una estatua de bronce en la estación de tren de Londres que le da nombre.