La narración de “Tangara” se centra en una niña llamada Lexie, en una tribu aborigen y en la australiana isla de Tasmania. Lexie, de 9 años de edad, tiene un collar de conchas que perteneció a su tatarabuela, quien tenía una amiga aborigen llamada Merrina. La obra tiene un cierto carácter fantástico, pues Lexie es transportada a una época en la que puede conocer a Merrina y compartir con ella vivencias y momentos divertidos. El momento dramático acontece cuando la tribu a la que pertenece Merrina es aniquilada, y Lexie es cargada con un cierto sentimiento de culpabilidad. Por suerte, más adelante Lexie tiene la oportunidad de redimir sus malas sensaciones y vuelve a reencontrarse con Merrina. El libro es una oda a la amistad, a la tolerancia, al respeto y al mestizaje, y por ello es totalmente recomendable de entre los múltiples ejemplos de la literatura infantil australiana.
Las extravagantes aventuras de los protagonistas de la serie “La familia Bobbsey” siguen entreteniendo a niños ávidos de historias curiosas. Éste es el primer libro de una saga que se prolongó durante 75 años, la cual fue obrada por escritores anónimos. Los protagonistas son 4 hermanos, dos de 12 años y otros 2 de 6 años de edad. Nan, Bert, Freddie y Flossie resuelven misterios como si fueran puros detectives. Al estilo de Sherlock Holmes, la policía colabora incluso con ellos. Esta premisa puede parecer surrealista, pero a un niño le sirve para sentirse identificado con ellos y creerse capaz de realizar hazañas como los Bobbsey. Sirve para despertar su curiosidad y para abrir un mundo de soluciones a problemas mundanos que en ocasiones queremos exagerar. “La familia Bobbsey” cuenta una historia exagerada pero encantadora, de las que gustan a los lectores más intrépidos sin reparar en el realismo de la situación.