Uno de los referentes de la Baja Fantasía es la saga “Magic”, de Edward Eager. En este vasto género elementos de la fantasía tradicional se entremezclan con un mundo real y relativamente moderno. Por ejemplo, en “Medio mágico”, uno de las entregas de la serie, el escenario es Ohio, Estados Unidos, y los protagonistas son cuatro hermanos. La magia se desata con un viejo amuleto que se encuentran y que concede parcialmente deseos. Como el amuleto no responde de todo lo que se le demanda, el guirigay está asegurado. A nivel narrativo las situaciones son esperpénticas y cómicas, con viajes a mundos de fantasía por parte de los hermanos prtoagonistas. En el fondo estamos hablando de una novela de aventuras, una de los tipos de historias favoritas de los niños. Uno de los referentes de Eager siempre fue Edith Nesbit, y hacia su estilo dirigió su obra. Ningún lector quedará decepcionado, por tanto, con esta lectura, acompañada también de los espléndidos dibujos de Niels Mogens Bodecker.
La popularidad de Virginia Hamilton entre el público adolescente tuvo su pistoletazo de salida con la primera entrega de la serie de “M.C. Higgins, el Grande”. Este niño de origen afroamericano vive en una región montañosa de Ohio en una finca enorme heredada de su bisabuela Sarah, quien huyó de la esclavitud. La vida rural es divertidamente reflejada a través de las aventuras de M.C. y sus hermanos. Se suceden eventos de caza, pesca, natación, paseos en bici y reunión con viejos amigos. M.C. vigila a menudo la parcela familiar desde lo alto de un poste, y se percata de que la estabilidad de los suyos puede verse amenazada por una explotación minera que hay en lo alto de la montaña. Lo cotidiano es tratado a la perfección por la autora, creando un universo entre tradicional y surrealista que atrapará (como ya ha hecho) a los lectores más jóvenes. El primer libro fue premiado con la Medalla Newbery en 1975, y abrió la veda para la multitud de premios que Virginia Hamilton recibiría durante tres décadas.