Si te gustan los relatos que emplean motivos sobrenaturales para reflexionar sobre la naturaleza humana, “Los espantapájaros” seguro es una buena opción. Esta novela de Robert Westall analiza la lucha interior de un niño de trece años al cual su pasado le persigue y su presente le desagrada. Simon, el protagonista, se ha mudado con su madre, su hermana y la pareja de su madre a una finca rural que tiene cerca tres espantapájaros cuanto menos inquietantes. Simon todavía no ha superado la muerte de su padre, a quien considera un héroe de guerra. Esto se traduce en una angustia interior que en ocasiones desemboca en ira y otras veces en tristeza. El escenario también tiene mucho que decir en esta obra, y Simon descubrirá secretos en el molino, la casa y el campo. Los tres espantapájaros que dan título al relato son una metáfora de los demonios del propio Simon. Su carácter rompedor envolvió en polémcia a “Los espantapájaros”, lo cual no le impidió conseguir el éxito comercial y el de la crítica, ya que fue ganador de la Medalla Carnegie en 1981.
“Los ametralladores” es una novela para jóvenes que ofrece un punto de vista particular e inusual de la Guerra Mundial. El protagonista, Chas McGill, encuentra una ametralladora en una pila de escombros y se la queda. Junto a su pandilla, Chas montará un fortín junto a una casa derruida y ejercerá desde dentro su propia justicia. Mientras fuera todos están en pánico por la guerra, dentro los niños han instaurado su propio gobierno. Los chicos, una vez descubiertos, son llevados a un centro de menores, no sin recibir múltiples elogios por su valor y por su ejercicio de la justicia. El atrevido argumento de “Los ametralladores” le permitió a Robert Westall recibir la Medalla Carnegie en 1975. Ello sumado al estilo bien estructurado y a la narrativa del autor inglés.