Hay recuerdos que resultan dolorosos, momentos que te acompañan a lo largo de tu vida de forma amarga. Es inteligente saber convivir con ellos. Mucha gente se empeña en darles la espalda, y eso a la larga es perjudicial. Éste es el leitmotiv de “La aritmética del diablo”, una genial novela que muestra el Holocausto judío de una forma nada convencional. La protagonista, Hannah, es nieta de una víctima del horror de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, poca atención presta a su abuelita cuando se reúnen en la Pascua judía y le cuenta sus historias. Empleando como excusa ciertos eventos de esta celebración religiosa, la fabulosa Jane Yolen (celebérrima autora de segunda mitad del siglo XX) hace viajar a Hannah en el tiempo y la transporta a los campos de concentración. El álter ego de Hanna es Chana, una huérfana deportada a Auschwitz. Esta experiencia sobrenatural permitirá a Hanna saber lo vivido por su propia abuela, y hará que finalmente empatice con sus antepasados. Premio National Jewish Book, este relato es un imprescindible de la ficción histórica de la mano de la conocida como “Esopo del siglo XX”.
En esta novela de la Condesa de Ségur nos trasladamos a Escocia en el siglo XIX para ver a un entrañable personaje que el sufrimiento le hace madurar, Carlos. Este niño de doce años vive con su prima, vieja y viuda, que le gestiona toda su herencia y lo maltrata de diferentes formas: le da mal de comer, lo encierra y no le deja adquirir nada con su dinero. La personalidad de Carlos le permite salir de todas las adversidades a las cuales es sometido, pero además empieza a tramar venganzas de tipo espiritual, ya que la viuda es muy supersticiosa. A pesar de ello, la venganza nunca llega a ser completa, pues sabe perdonar y aprender del mal comportamiento de otros. Los diálogos son vitales y dan un tono alegre y reconfortante a una historia aparentemente triste.