Si te gustan los relatos que emplean motivos sobrenaturales para reflexionar sobre la naturaleza humana, “Los espantapájaros” seguro es una buena opción. Esta novela de Robert Westall analiza la lucha interior de un niño de trece años al cual su pasado le persigue y su presente le desagrada. Simon, el protagonista, se ha mudado con su madre, su hermana y la pareja de su madre a una finca rural que tiene cerca tres espantapájaros cuanto menos inquietantes. Simon todavía no ha superado la muerte de su padre, a quien considera un héroe de guerra. Esto se traduce en una angustia interior que en ocasiones desemboca en ira y otras veces en tristeza. El escenario también tiene mucho que decir en esta obra, y Simon descubrirá secretos en el molino, la casa y el campo. Los tres espantapájaros que dan título al relato son una metáfora de los demonios del propio Simon. Su carácter rompedor envolvió en polémcia a “Los espantapájaros”, lo cual no le impidió conseguir el éxito comercial y el de la crítica, ya que fue ganador de la Medalla Carnegie en 1981.
Los cuentos de espantapájaros resultan a menudo muy cómicos y anárquicos. Esto sucede con “Worzel Gummidge”, aunque el libro va mucho más allá del sentido del humor de estas figuras. Los diez libros que componen la saga se ambientan en la campiña inglesa y están protagonizados por espantapájaros hechos de remolacha y paja. John y Susan, dos jóvenes venidos de la ciudad, son protagonistas de excepción de la locura que se inicia con los espantapájaros. Estos espantapájaros tienen su propio dialecto, su propia forma de hablar, un comportamiento alocado y ninguna vergüenza a la hora de criticar la forma de ser de los adultos. Barbara Euphan Todd se sirve de esta figura para crear un curioso caos ordenado repleto de situaciones divertidas que al final se resuelven. La autora pretende alabar la vida rural e indagar en el conflicto que se produce entre diferentes mentalidades, y para ello emplea el humor y los juegos de palabras, lo cual convierte a “Worzel Gummidge” en una lectura más que recomendable.
“El maravilloso mago de Oz” es uno de los cuentos que todo el mundo conoce. Quizá su fama sea debida principalmente a la adaptación cinematográfica de 1939, lo cual no resta méritos a la increíble novela de Lyman Frank Baum. De hecho, escribió trece libros más de la misma saga. La protagonista de la historia es Dorothy, una niña de Kansas que es transportada junto a su perro por un tornado a un mundo maravilloso. En dicho mundo deberá encontrar al Mago de Oz, que está en Ciudad Esmeralda, para poder volver a casa. En sus aventuras le acompañan tres personajes inolvidables: el león cobarde, el hombre de hojalata y el espantapájaros. Cada uno, a su vez, busca lo que le falta: valor, corazón y cerebro, respectivamente. Con todos estos ingredientes, la moraleja del libro es diáfana: la importancia de la amistad en los momentos de adversidad. Es esencial sentirse apoyado en las situaciones más complicadas, y éstas pueden hacerse llevaderas e, incluso, entretenidas. Un relato inolvidable.