“Tras la primera víctima” es una novela de aventuras mezclada con el género de la intriga y lo detectivesco. En una excursión aparentemente tranquila a un campamento en autobús, un grupo terrorista se interpone y acaba secuestrándolo. La responsable del autobús es Kate, una chica de diecisiete años. Los terroristas demandan la liberación de presos compañeros y la disolución de una unidad antiterrorista, además de dinero, por supuesto, a cambio de todos los niños. La situación se torna complicada, y se dan momentos verdaderamente dramáticos. El relato presta especial atención a la relación entre Kate y uno de los secuestradores, Miro, la cual se estrecha aumentando la tensión por los deberes que cada uno tiene que cumplir. Robert Cormier humaniza a los secuestradores, dotando de realismo a la historia. Y es que, probablemente, “Tras la primera víctima” sea una de las pocas novelas para jóvenes que describan la psicología del delicuente y del terrorista.
El escenario más recurrente para denunciar la esclavitud son las novelas ambientadas en la Guerra Civil estadounidense. Por ello, encontrar un ejemplo fuera del país norteamericano o donde se denuncie a otro país resulta extraño. Más todavía si en este nuevo foco de crítica, Inglaterra, la esclavitud ya había sido abolida tiempo atrás. Éste es el eje de “El esclavo Midnight”. El protagonista, que da nombre a la novela, es africano y trabaja en una plantación de azúcar, hasta que es vendido a un capitán británico. Dicho capitán se dedica a la trata de esclavos a espaldas de las leyes de su país. Midnight conoce a otra esclava, Jess, una chica blanca huérfana que ha sido objeto de comercio en diversas ocasiones. Juntos descubrirán las actividades ilegales del capitán Meredith. Pero no pueden luchar contra la jerarquía de poder, y acaban prefiriendo escapar e intentar una vida digna y tranquila lejos de las abominables garras de la esclavitud. Este libro de Marjorie Darke rebosa brutalidad y crítica a la condición humana, y dicho realismo es en sí mismo una propuesta diferente a muchas de las novelas para adolescentes.
La historia de “Alfie llega primero” es simplista y en torno a un único suceso, pero está cargada de tensión y emoción por ver cómo acabará. La sensacional Shirley Hughes vuelve a deleitar con un cuento de niño travieso. Alfie corre por las calles por delante de su madre y su hermana pequeña para poder llegar primero a casa. Lo que puede parecer un simple juego de niños para el pequeño Alfie se convierte en todo un desafío. Con este hecho todo el mundo se puede sentir identificado, pues durante la infancia hasta lo más sencillo tiene significado y emoción. Cuando Alfie llega a casa cierra de un portazo y deja a su familia fuera. Para colmo, no alcanza el pomo y no puede abrirles. Ahí comienza la tensión del libro, cuando los vecinos se apiñan en el exterior intento buscar una solución. Hughes también sabe cómo narrar de forma efectiva la historia, pues a dos páginas incluye ambos puntos de vista en cada una. El final es satisfactorio para todos y Alfie estalla de alegría cuando la puerta se abre.