La Medalla Carnegie de 1995, que reconoce a la mejor novela para adolescentes y jóvenes del Reino Unido, recaló en “Luces del Norte”, de Philip Pullman. Concebida como la primera parte de una trilogía (“La Materia Oscura”), se trata de una historia que desde el primer momento hace alarde de sus peculiaridades y extrañezas. La acción tiene lugar en un universo diferente al nuestro pero con elementos que en parte nos hacen identificarnos con él, y donde el lector es capaz de discernir lo bueno de lo malo. La protagonista absoluta de la saga es Lyra, una niña de espíritu aventurero, rebelde, irreverente y nada al uso. Sus indagaciones se entrecruzan con hechos más graves, como el intento de asesinato de su tío o la desaparición de jóvenes. Lyra deberá enfrentarse ella misma a sus propios descubrimientos y aceptarlos. El universo creado por Pullman nos muestra también avances tecnológicos y científicos, dilemas éticos y productos de la fantasía como animales que hablan y espíritus que se aparecen. Todo ello aporta sensación de inmensidad, de que estamos ante una gran obra y una gran saga, y lo que se nos muestra es sólo una minúscula muestra de un maravilloso mundo por descubrir.
Mavis Thorpe Clark emplea sus característicos personajes fuertes, inquietos y decididos también en esta novela. “Las luces Min-Min” es un relato de aventuras, pero sobre todo es una narración acerca de las dificultades a las que muchos jóvenes se enfrentan dentro de su familia. Sylvie es una buena estudiante a pesar de tener que hacerse cargo de seis hermanos menores y de tener una madre enferma y un padre alcohólico. Su relativa estabilidad se pierde cuando su hermano Reg hace uso de su mal comportamiento para destrozar la escuela y es abocado a un internado. Ambos hermanos se embarcarán entonces en una travesía en tren y a pie por el desierto australiano para pedir ayuda y consejo a la señora Tucker. La familia de ésta tiene todo lo que Sylvie desea. Los Tucker se encargan de hacer entrar en razón a la familia de Sylvie y, con ayuda de las autoridades, encauzan la educación de todos sus hijos. El final es esperanzador a la par que realista, y demuestra que todos tenemos la oportunidad de empezar de nuevo a pesar de creernos hundidos.