Rara vez una ficción enmarcada en la Segunda Guerra Mundial tiene un final feliz. Y, aunque lo tenga, sabemos que el trasfondo entristece la historia. “¿Quién cuenta las estrellas?” puede alardear de ser una de las pocas novelas ambientadas en el más famoso conflicto global que acaban bien y no dejan un regusto tan agridulce. La esencia es que el camino, la narración en sí, es tenso y dramático; mientras que el clímax es liberador. Este relato de Lois Lowry se sitúa en Dinamarca en 1943, cuando los nazis estaban secuestrando y deportando a la población judía. El pueblo judío debía escapar sí o sí de la muerte segura, pese que a las maniobras también eran arriesgadas y suponían dejar su hogar atrás. Miles de judíos escaparon a Suecia para salvarse del Holocausto, y eso nos lo cuenta Lowry a través de Annemarie Johansen, la familia Rosen y Peter, un miembro de la Resistencia. El lector compartirá el sentir de cada momento como si lo estuviese viviendo. Muchas dificultades, mucha tensión sostenida, muchos desafíos se interponen entre los protagonistas, quienes logran definitivamente salvarse. Un excelente libro que fue aupado al éxito gracias a la Medalla Newbery de 1990.
Los amantes de la fantasía y lo sobrenatural encontrarán una joya en “El Nargun y las estrellas”. El Nargun es una criatura perteneciente a la mitología aborigen de Australia. Mitad hombre y mitad piedra, el Nargun entabla un viaje a todos los puntos de Australia, incluso donde no es bienvenido. Realmente este ser mitológico representa a la naturaleza australiana, y se comporta respondiendo a los humanos según como éstos obren. Además del Nargun otros elementos sobrenaturales aparecen en el relato, como Potkoorok, los Turong o los Nyol. La parte humana de la novela la representan Simon Brent y sus primos, quienes temen a todos los elementos fantásticos de los que se habla. Aunque la historia tiene tintes épicos y arcaicos, el sentido del humor de Patricia Wrightson está presente en todo momento de la narración. Ediciones posteriores de la obra fueron ilustradas por Robert Ingpen, quien supo representan el paisaje australiano con toda su mitología de forma elegante y potente.