Las leyendas artúricas tuvieron un boom tras la publicación de varias obras de T.H. White, un experto conocedor del medievo inglés. Aunque el resto de obras son análisis históricos, “La espada en la piedra” es una novela tremendamente entretenida y estimulante. El joven Arturo, al que apodan Verruga, conoce al mago Merlín. Éste, para que Arturo sepa cómo se sienten los animales, lo convierte seguidamente en un pez, una hormiga, o una serpiente, entre otros. Arturo se enrola en múltiples aventuras con su hermanastro Kay. Ambos incluso llegan a conocer a Robin Hood o se implican en una trama de intriga real en Londres. Esto útlimo tendrá consecuencias para Arturo, pues un giro del destino lo descubre como legítimo Rey de Inglaterra, todo tras poder sacar la célebre espada, Excalibur, de la tierra. La aproximación de White es más divertida, y contiene todas las referencias de las leyendas originales así como un mejor desarrollo de las reflexiones que la convierten en uno de los pilares de la literatura británica.
Las novelas infantiles ambientadas en época de guerra fueron muy típicas a mediados del siglo XX. Además, gozaron de tremendo éxito entre el público joven. “La espada de plata”, escrita por Ian Serraillier, recibe el nombre de un objeto simbólico que representa la esperanza de la familia protagonista: los Balicki. Esta familia es disgregada durante la guerra a causa de los ataques sobre Varsovia. El padre, Joseph, es enviado a un campo de concentración nazi por irreverencia, mientras que su esposa es más adelante también deportada. Los hijos (Edek, Ruth y Bronia) desaparecen e incluso se piensa que están muertos. La historia narra la epopeya de cada miembro de la familia en busca del resto. Como podemos imaginar, el relato está repleto de momentos duros, pero también transmite valores de humanidad, dignidad y supervivencia. De una forma agradable, “La espada de plata” nos describe cómo cualquier guerra puede acabar con la vida de la gente y que ésta ya no vuelva a ser como antes.