Cuando nadie pensaba que era posible una sola adaptación más de “Los tres cerditos”, David Wiesner llegó, vio y venció con su particular visión del clásico cuento. Y no sólo eso, también arrasó, pues se llevó la Medalla Caldecott del año 2002. Y es que su interpretación desenfadada de esta fábula la acercó más a la realidad actual. Todo pivota en torno a un giro radical, en el cual el escenario parece desvanecerse y entran en acción otros personajes que son dominio de la cultura popular. A partir de ahí la trama gana en complejidad y la lectura tiene múltiples ramas argumentales e interpretaciones. El estilo de las ilustraciones, del propio Weisner, también evoluciona desde un grafismo clásico hacia unos trazos más afilados y agresivos, estableciendo una división entre lo antiguo y lo moderno. La historia también goza de elementos surrealistas, que convierten a estos tres certidos en unos personajes explosivos, frescos y muy gratificantes.
Como ya se ha comentado con otras versiones de cuentos infantiles que en las últimas décadas han salido a la palestra, generalmente “modernizadas”, nunca es tarde para readaptar una idea. Ni siquiera de un clásico tan conocido y antiguo como “Los tres cerditos”. Jon Scieszka y Lane Smith, uno de los tándems más reconocido de la literatura infantil de lustros recientes, aunaron palabra y pintura para atacar el citado cuento de forma irreverente, divertida, crítca, mordaz y atrevida. “La verdadera historia de los tres cerditos” se inicia trágicamente con la muerte del primer cerdito, por culpa del derribo de la casa a cargo del lobo. Éste narra los acontecimientos desde una prisión, hecho que no se sabe hasta el final de la historia. A modo de confesión y artículo periodístico, este nuevo punto de vista hará que los niños reflexionen para ver cuál versión le convence más. De hecho, la obra es un buen ejercicio para discutir una vez se han conocido todas las versiones de un mismo suceso. Uno tiene que trabajar la capacidad crítica desde bien pequeño. Las risas están aseguradas con Scieszka, Smith y los extravagantes protagonistas del cuento recontado.
“Los tres bandidos” es una de las obras más reconocidas del maestro de la literatura infantil Tomi Ungerer. El estilo de este autor está presente en cada detalle del cuento. Emplea colores oscuros, dotando de un aire siniestro a la trama, así como una sensación de nocturnidad. Las miradas y la forma de los tres bandidos rebosan energía, y contrastan con el color empleado para otros personajes que aparecen, como el de la niña. Pues la narración que se plantea es la de tres bandidos que roban sin piedad a cualquiera que se cruza en su camino. Su determinación cambia cuando en uno de sus asaltos se encuentran con una niña en un carruaje que les pregunta: “¿Qué vais a hacer con tanto tesoro?”. Éste es el hilo principal de la historia, en la que se nos explica que hasta las personas más malvadas o frías tienen un corazón, y se ablandan ante situaciones emotivas. Sin duda, “Los tres bandidos” es un buen ejemplo para acercarse a la obra del fascinante Tomi Ungerer.
“Las tres mellizas” es uno de los productos españoles más exitosos en cuanto a literatura infantil se refiere. Sus historias han sido traducidas a una treintena de idiomas, y la posterior adaptación televisiva permitió el boom definitivo de estas ilustres hermanas al llegar a más de 150 países. Su creadora, la catalana Roser Capdevila, se inspiró en sus propias hijas mellizas para crear a Ana, Teresa y Elena. Para quien no las conozca, las tres mellizas rompen todo tipo de moldes con sus travesuras y sus formas de cuestionarse la realidad. A pesar de su edad, muestran una perspicacia e inteligencia fuera de lo normal, y además saben cuidarse por sí solas. Sus historias comienzan desde que son recién nacidas, hasta varios títulos más con actividades cotidianas que se convierten en aventuras. Más adelante, Capdevila lanzaría una colección de “crossovers” donde las tres mellizas comparten escenario con cuentos infantiles famosos de siempre. A menudo, la trama y el final cambian, así como los valores originales de las historias. El personaje de la Bruja Aburrida también tardó en introducirse, aunque actualmente es uno de los favoritos del público infantil. Todo un clásico de la literatura infantil catalana.
“Los tres mosqueteros” es, posiblemente, una de las novelas más famosas de la historia. Como mínimo, la más conocida de la lengua francesa. Ha inspirado la adaptación de historias en todo tipo de medios. Los mosqueteros, al servicio del rey Luis XIII y su reina, viajan a Londres con la intención de salvaguardar el honor de su tierra. Realmente son cuatro, de nombres archiconocidos: Aramis, Porthos, Athos y D’Artagnan. Viven bien, son divertidos, son unos luchadores excelentes y muy honrados. En el libro se tratan temas muy diversos y universales como el amor y la acción, conjugados con grandes aventuras.
Su más célebre frase: “Todos para uno, y uno para todos”. Sus enemigos: el cardenal Richelieu y Lady de Winter. Cualquier aspecto relacionado con esta obra es muy famoso, y Alejandro Dumas lo sabía. No es para menos, el libro inspiró muchas historias de honor, coraje y burla. Un relato imprescindible en cualquier estantería de un buen lector.