La denominada caza de brujas fue una deplorable acción religiosa llevada a cabo a través de distintos siglos y en muchas partes del globo, especialmente países europeos y Norteamérica. “La joven bruja” se centra en los eventos acontecidos en el siglo XVII en torno a esta temática, situándolos en Inglaterra y en la América colonial. Mary cree tener el don de la clarividencia y poderes de brujería, y visto el fatídico destino que su abuela sufrió por ella, la única opción es ocultarlo. La aventura que se desarrolla con este leitmotiv lleva a Mary desde su Inglaterra natal hasta las colonias de Ameríca, concretamente a las célebres poblaciones de Salem y Beulah. La tensión se sostiene por la inminente amenaza a Mary y a otros tripulantes. En su nuevo hogar, Mary acabará yéndose a vivir al bosque junto a otras personas de su condición, huyendo de las persecuciones. Celia Rees empleó “La joven bruja” también como vehículo de crítica a la intolerancia y a los crímenes religiosos.
Las historias de brujas tienen un buen paradigma en este relato escrito por Jill Murphy. La protagonista es Mildred Hubble, la bruja más desastrosa de la academia. Todo lo sale mal a la pobre Mildred quien ya de por sí no cumple con el atuendo y objetos característicos de una buena bruja. Sus fechorías se entremezclan con la enemistad con la profesora Hardbroom y su mascota Ethel. No obstante, a pesar de que aparenta que nada va a mejorar, Mildred tiene su oportunidad de redención cuando pilla desprevenidas a unas brujas malvadas que querían entrar en la escuela. Tras desmantelar el plan Mildred se vuelve a ganar la confianza de sus compañeras. “La peor de las brujas” es considerada una precursora de Harry Potter, aunque a una escala menor y dirigida a un público más infantil. Los niños se divertirán de lo lindo con las vicisitudes transcurridas entre pociones, escobas y sombreros de punta.
La historia de “La bruja de Blackbird Pond” fue merecedora de la Medalla Newbery en 1959 por su vívido relato del estilo de vida de los primeros colonos de Estados Unidos. La protagonista es Kit Tyler, quien desde las Islas Barbados llega a Connecticut para afincarse con su tía. Kit es sólo una excusa para que la autora, Elizabeth George Speare, trence un relato de supervivencia y de la vida cotidiana de una comunidad de colonos, allá por el año 1687. A lo largo de sus peripecias Kit conoce a Nat, el hijo del capitán del barco en el que viaja; William, un joven que intenta conquistarla; Hannah, una señora mayor que vive proscrita por sus creencias religiosas; y Judith, su prima. Kit se debe ganar el pan por sí misma a base de esfuerzo y dedicación, y su existencia incluso se verá peligrada por las supersticiones que imperaban antaño. De hecho, Kit es declarada como bruja cuando varios niños de la comunidad contraen fiebre. Por suerte, el sentido común prevalece y la vida transcurre de forma natural para todos.
Los cuentos de la bruja Brunilda (Winnie the Witch en su versión original) son un referente del humor infantil dese su primera aparición en el año 1987. Además, al ser la protagonista una bruja, un personaje presentado en la literatura a menudo como malvado, se consigue desmitificar uno de los miedos de los niños. Brunilda es un completo desastre, tanto en sus asuntos más cotidianos como en sus quehaceres como bruja. Acompañada de su inseparable gato negro Bruno, juntos viven alocadas situaciones que divertirán mucho a los niños. Desde el punto de vista adulto, los cuentos de Brunilda enseñan a reconocer los defectos propios y a reírse de uno mismo para saber respetar a los demás. Por ello es un libro a menudo incluido en centros educativos para los más pequeños. Por tanto, se trata de una perfecta obra que aúna diversión a la par que aprendizaje.