La historia de “La bruja de Blackbird Pond” fue merecedora de la Medalla Newbery en 1959 por su vívido relato del estilo de vida de los primeros colonos de Estados Unidos. La protagonista es Kit Tyler, quien desde las Islas Barbados llega a Connecticut para afincarse con su tía. Kit es sólo una excusa para que la autora, Elizabeth George Speare, trence un relato de supervivencia y de la vida cotidiana de una comunidad de colonos, allá por el año 1687. A lo largo de sus peripecias Kit conoce a Nat, el hijo del capitán del barco en el que viaja; William, un joven que intenta conquistarla; Hannah, una señora mayor que vive proscrita por sus creencias religiosas; y Judith, su prima. Kit se debe ganar el pan por sí misma a base de esfuerzo y dedicación, y su existencia incluso se verá peligrada por las supersticiones que imperaban antaño. De hecho, Kit es declarada como bruja cuando varios niños de la comunidad contraen fiebre. Por suerte, el sentido común prevalece y la vida transcurre de forma natural para todos.