“El león”, de Joseph Kessel, narra las peripecias de un periodista francés que ejerce como narrador de sus propias experiencias en las reservas del monte Kilimanjaro. En su viaje a Kenia el protagonista se reúne con John Bullit, el administrador del parque, y hace buenas migas con Patricia, la hija de éste. Patricia es un claro ejemplo de niña criada en un entorno salvaje. Para ella, sus amigos son los animales, y se pasa el día jugando con cebras, búfalos, rinocerontes y jirafas. Y, sobre todo, con King, un león que ella crió y con el cual mantiene una cercana amistad. Las descripciones son preciosas, introduciendo al lector en el ambiente de la sabana e incluso acompañándolo a través del estilo de vida de las tribus masais. El relato no es absolutamente feliz, pues el desenlace es agridulce: King debe ser sacrificado y Patricia asume que para seguir creciendo como persona debe mudarse a la capital a estudiar. Todo un reflejo de la difícil convivencia entre humanos y animales.