Celia es una de las creaciones más fascinantes de la literatura infantil española. Esta chica es un buen paradigma de protagonista femenino con carácter. El personaje ideado por Elena Fortún es rebelde y ambicioso, y sus sueños le motivan a seguir adelante con sus travesuras. Se trata de la típica niña que por algunas acciones es bondadosa pero que por otro lado es un diablillo. Fortún mostró con Celia una mentalidad abierta para los tiempos que corrían, y su éxito se mantuvo desde su primera aparición en 1928 hasta los años 60’. Celia no tiene piedad con los adultos y a menudo se sorprende a sí misma criticando su comportamiento. Su inconformismo representa el pensamiento predominante en la España de antes de la Guerra Civil, y la mentalidad a medio camino entre la tradición y modernizarse. Se trata de una buena forma de acercarse a la España de antaño desde un punto de vista infantil, y reconocer los valores que predominaban.