Si en otras ocasiones hemos hecho alusión a la fama de ciertas obras por sus adaptaciones cinematográficas, esta vez no puede ser menos. Es inevitable no relacionar “Ciento un dálmatas” como un Clásico Disney. Aunque la película se estrenó en 1961, cinco años antes se había publicado la obra original en forma de cuento infantil y de la mano de una de las más consumadas novelistas británicas de entonces, Dodie Smith. La historia, que todos conocerán, ejemplifica la lucha por los derechos de los animales, y es una crítica mordaz a la sociedad del consumo y al sacrificio animal innecesario. Los señores Pongo tienen una camada de quince cachorros, y sus dueños, los Dearly, deben contratar a una ama de leche para que los cuide. Nada más conocida la noticia de la excepcional camada, la malvada Cruella de Vil los secuestra para hacerse un abrigo de piel, junto a otros ochenta y tantos dálmatas. Desorbitado sacrificio para tal fin. Por suerte, los padres acaban encontrando a sus cachorros y los salvan. Si la película es recomendable, el libro de Dodie Smith lo es todavía más, pues posee más pasajes y una mayor dosis de diversión que su homónima de la gran pantalla.
Cuando se piensa en libros con animales humanizados suele venir a la cabeza el clásico “El viento en los sauces”. Kenneth Grahame recopiló historias que le contaba a su hijo, las cuales estaban protagonizadas por seres del bosque que se comportan como seres humanos. Entre ellos están la rata que navega con una barca, el topo que no sale de su casa y el sapo como imagen malvada. Además de retratar características de la sociedad, también se representan estampas inglesas como el Támesis o la campiña. La aproximación de Grahame es curiosa, ya que los animales son responsables y viven como adultos pero en el fondo se divierten como niños, saboreando la libertad, felices y lejos de otras responsabilidades. Una historia muy recomendable para la transición de la infancia a la adolescencia y para valorar cada momento de la vida y el espíritu de niño que no se ha de perder.