La desigualdad entre hombres y mujeres ha sido la tónica desafortunadamente preponderante a lo largo de los siglos, y lo sigue siendo. Aunque actualmente se luche por ello, no hay que olvidarse del sufrimiento en el pasado. La protagonista de “La sobrina del director” encarna a la joven ambiciosa y plena de autoconfianza, que desea formarse en la universidad pero que sólo encuentra obstáculos en su camino. Gillian Avery nos narra las peripecias de María para conseguir su sueño, en la Inglaterra de 1870. María deja la escuela femenina, muy represiva, para irse a vivir a Oxford, donde un tío suyo le consigue unas clases particulares junto a los hijos de una familia rica. Estos nuevos amigos, con cualidades muy diferentes, serán el trasfondo de la parte más alocada de la novela, antes de que ésta coja tintes más serios y María pueda demostrar su valía realizando la investigación de la identidad de un desconocido. Es en ese momento cuando sufrirá por abrirse paso, algo que a María le costará más de un disgusto, pero que concluirá de manera satisfactoria para sus intereses personales. Una historia que resalta la esencialidad de la fuerza de voluntad.
En la célebre serie de diez libros de Maud Hart Lovelace se funden la cotidianeidad con los momentos que marcan en el desarrollo de una persona desde su infancia hasta la llegada a la vida adulta. “Betsy-Tacy” es el título de la primera entrega, y nos presenta a Betsy Ray y el resto de sus familiares y compañeros que la acompañarán entrega tras entrega. El marco donde se sitúa la historia es Estados Unidos durante los inicios del siglo XX. Como más de una vez declaró, estas novelas son parcialmente autobiográficas, siendo Betsy el reflejo de Maud queriendo convertirse en escritora. Durante este camino, Betsy va a la escuela, disfruta de su nuevo hermano y percibe cómo va cambiando en su adolescencia. Las historias de Betsy respiran un aire de tranquilidad y bienestar, y transmite valores de amistades duraderas y relaciones personales fuertes. De hecho, Tacy es un reflejo de la mejor amiga de la autora. Otro magnífico aspecto es que los libros maduran a medida que Betsy va creciendo, dirigiéndose las siguientes entregas a públicos de mayor franja de edad.